Este domingo es trascedental en la vida democrática del país por su poco respeto del derecho a la disensión

Por Elba García

Este domingo 16 constituye uno de los más grandes retos que ha tenido  la democracia dominicana, cuya vida republicada ha estado marcada por gobiernos efímeros y dictatoriales con consecuencias imborrables para la conciencia nacional.

La vida política dominicana se ha caracterizado por gobiernos de fuerza, de poco respeto del derecho a disensión, elemento fundamental de cualquier democracia, pero peor aún porque la administración de la cosa pública ha sido fuertemente golpeada por una corrupción que ha llegado al peor de los descaros.

Ha sido recurrente la demagogia, la impunidad  de aquel que se roba lo que no es suyo, cuyo sistema de justicia ha sido más que tolerante con el depredador de los recursos públicos que debían servir para que  el Estado  pague sus grandes deudas sociales.

Desde las primeras horas de la mañana se inicia una gran jornada cívica en favor de un sistema democrático débil, cadavérico y vulnerable, pero que la gente tiene la misión y la posibilidad de generar el rebase de una enfermedad que pone en peligro los cimientos de la sociedad.

En esta contienda a nivel municipal compiten una serie de partidos, la mayoría de los cuales va en coalición, para controlar  las administraciones locales, es decir  los distritos municipales y municipios, que son los que están más cerca de la gente.

Los gobiernos locales son vitales para el bienestar que necesitan los munícipes y que lamentablemente han sido, sino los más perjudicados, por lo menos los mas impactados por la corrupción y el clientelismo, pero que en el proceso electoral recién concluido por primera vez en décadas los candidatos se apoyaron en propuestas, muchas de las cuales muy interesantes.

Naturalmente, ello no es una garantía de que las cosas vayan a cambiar de manera sustancial, pero por lo menos augura un panorama político un tanto distinto a los que hemos tenido en las últimas décadas.

Es mucho lo que se ha hablado que estas elecciones municipales van a ser un termómetro de lo que podría ocurrir en las presidenciales y congresionales de mayo, lo cual no está lejos de la verdad, aunque en el triunfo de cualquiera de los partidos ahora no implica que tenga la forma de vencer en mayo.

El impacto que crearía el triunfo de este domingo de cualquiera de los partidos significaría que emocionalmente lo pone en ventaja frente a los demás competidores, pero cualquier afirmación al respecto constituye una aventura audaz de cualquier analista político.

Lo cierto es que este domingo 16 millones de dominicanos acudirán a las urnas para apoyar al partido de su simpatía o a la democracia, que mucho lo necesita, por lo que se impone que el votante haga conciencia de la importancia de un voto consciente y propositivo.

El país podría salir muy fortalecido de la presente contienda electoral, sobre todo porque   podría ser el  comienzo de   abrir las puertas para la alternabilidad en el poder, que constituye un componente vital para mantener lo más sana posible la democracia dominicana.

Sólo falta esperar para medir el impacto de las elecciones municipales en el proceso de consolidación del sistema democrático en la República Dominicana, cuya principal misión del ciudadana es mantener una supervisión eficiente de la administración pública que habrá de motorizar los cambios  promovidos por los  triunfadores de los comicios de este domingo, los cuales, si son diferentes a los que detentan el poder,   sin dudas tendrán que romper con la     intolerancia, la coacción y la violación de su propia legalidad por parte de las autoridades nacionales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).