LAWRENCE.- A dos años en una cárcel federal fue condenada una dominicana que desfiguró el rostro de varias mujeres a las que inyectó silicona.
Gladys Aracelis Cerón, de 73 años, quien se graduó de doctora en una universidad de Venezuela, practicó la medicina sin licencia por 15 años en Massachusetts, según el fiscal Nathaniel Mendell.
Cerón, quien reside en la ciudad de North Andover, Massachusetts, mostró a sus víctimas certificados falsos de medicina estética.
La Fiscalía explicó en un comunicado que «durante 15 años, la señora Cerón eligió ganar dinero inyectando silicona tóxica a sus clientas de cosméticos, sabiendo todo el tiempo que al hacerlo las exponía a daños graves, desfiguración y potencialmente a la muerte».
De 2004 a 2019, Cerón operó su negocio en Lawrence, donde inyectaba a sus clientes aceite de silicona, una sustancia que puede viajar a través de los vasos sanguíneos y desencadenar accidentes cerebrovasculares, desfiguración permanente y muerte, resumió la Fiscalía.
Cerón se declaró culpable de cinco cargos federales. Según su abogado, Stylianus Sinnis, la dominicana “está avergonzada, humillada y sinceramente arrepentida por las acciones que la traen hasta el día de hoy».
«La señora Cerón nunca tuvo la intención de dañar a nadie, y el hecho de que sus acciones hirieran a algunas personas le duele todos los días”, escribió Sinnis en un memorando de sentencia.
Agregó que Cerón realizó innumerables procedimientos médicos en Venezuela hasta 1995, cuando se mudó a Estados Unidos con sus tres hijos, en busca de un futuro mejor.
«Ella y sus tres hijos son ciudadanos estadounidenses ahora. Todos sus hijos se graduaron de la universidad y trabajan a tiempo completo», añadió Sinnis, quien pidió que la sentenciaran a tiempo cumplido y dos años de libertad condicional, con los primeros cuatro meses en confinamiento domiciliario.
Sin embargo, los fiscales pidieron 37 meses de prisión y alegan que Cerón se aprovechó de una población vulnerable e inyectó a cientos o miles de mujeres con dispositivos médicos tóxicos, de flujo libre, silicona y otros dispositivos médicos mal etiquetados, que enfermaron a sus víctimas, las desfiguraron permanentemente y podría conducir a la muerte.
Los fiscales mostraron un video que la propia Cerón le grabó a una dominicana mientras la inyectaba y lo usó para promover las inyecciones en las redes sociales.
“Lo hizo en condiciones insalubres donde se esparcían agujas destapadas, viales teñidos de sangre, botellas de silicona sin etiquetar y otra parafernalia de su negocio ilícito de cosméticos. Apuntó a víctimas de color de bajos ingresos en el gran valle de Merrimack, y les dijo que les estaba inyectando ácido hialurónico y que era seguro”, escribió la fiscal Rachel Hemani en su memorando de sentencia.
Tras el arresto de Cerón, Hemani dijo que varias víctimas se comunicaron con los investigadores y les dijeron que sufrían graves problemas de salud y deformidades debido a los tratamientos de Cerón.
“Los médicos se han negado a tratar a estas pacientes por temor a desprender la silicona y causar más lesiones, incluso, años después, estas mujeres siguen en riesgo de sufrir complicaciones graves potencialmente mortales”, indicó.
Hemani calificó de «horribles» las acciones de Cerón, quien «se aprovechó de las inseguridades de sus víctimas para llenarse los bolsillos».
«Su conducta exige una sanción sustancial para disuadir a otros que continúan operando estos negocios de inyección de cosméticos ilícitos y oscuros en Massachusetts y en todo el país», declaró Hemani.