El Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, impuso ayer sanciones económicas directas contra el gobernante venezolano, Nicolás Maduro, entre las que figura la congelación de activos bajo jurisdicción estadounidense.
La medida fue anunciada por el Departamento del Tesoro y se produce un día después del voto de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en Venezuela. “Las elecciones ilegítimas de ayer confirman que Maduro es un dictador que ignora la voluntad del pueblo venezolano”, señaló Steven Mnuchin, secretario del Tesoro.
“Sancionando a Maduro, EE.UU. deja claro nuestra oposición a las políticas de este régimen y nuestro apoyo a la gente de Venezuela que busca devolver el país a una democracia completa y próspera”, remarcó Mnuchin.
Con esta designación, quedan congelados todos los activos que Maduro pueda tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíbe las transacciones financieras con él por parte de ciudadanos de EE.UU. De este modo, Estados Unidos agregó a Maduro a la lista de 13 funcionarios y exfuncionarios venezolanos a quienes sancionó la pasada semana por abusos de derechos humanos, corrupción y acciones para minar la democracia.
Mnuchin agregó que queda abierta la puerta a más sanciones contra funcionarios venezolanos. “Cualquier persona que participe en esta ilegítima ANC podría ser expuesto a sanciones por minar el proceso democrático y las instituciones en Venezuela”.
Rechazo internacional Además de Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos rechazaron la Asamblea Constituyente, al considerarla ilegítima y alertar que aumenta las tensiones en ese país sumido en una profunda crisis política y económica.
La Unión Europea se unió a las condenas al señalar su “preocupación” por “el destino de la democracia en Venezuela”, afirmó la portavoz de la Comisión Europea, Mina Andreeva. El ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, pidió una “acción urgente” del gobierno de Venezuela para detener la división del país, que cree que está “al borde del desastre”.
Por su parte Luis Almagro, secretario general de la OEA, calificó de “tremendo fracaso” la jornada electoral venezolana y dijo que el gobierno de ese país buscaba “disfrazar la realidad”. Por su parte, Guatemala expresó preocupación de que el gobierno de Maduro haya desatendido peticiones de la población, y la comunidad internacional.