Se trata de la segunda mujer este mes (la anterior fue Stephanie Clifford, más conocida como la actriz porno Stormy Daniels) que arremete contra los esfuerzos de aliados del mandatario estadounidense por ocultar, durante la campaña presidencial, informaciones sobre relaciones extramaritales de Trump.
McDougal ha presentado la demanda contra American Media Inc. (A.M.I.), la compañía propietaria de la publicación The National Enquirer, que pagó 150.000 dólares por su silencio. El director ejecutivo de la empresa, David Pecker, es amigo de Trump.
Clifford, por su parte, recibió 130.000 dólares por parte del abogado personal del presidente, Michael D. Cohen.
Ambas mujeres sostienen que los contratos que firmaron son inválidos y están tratando de evadir una serie de cláusulas que les obligan a resolver disputas privadas en procesos externos en vez de hacerlo en un juicio.
La Casa Blanca ha negado que existieran esas relaciones.
McDougal, en la demanda presentada en la corte superior de Los Ángeles, asegura que Cohen estuvo involucrado de forma encubierta en sus negociaciones con A.M.I., y que la empresa y el abogado que la representaba por entonces no le explicaron correctamente los detalles del acuerdo.
El nuevo letrado de McDougal, Peter K. Stris, indicó al diario a través de un correo electrónico que A.M.I. llevó a cabo «un gran esfuerzo por silenciar» a su representada.
«La demanda presentada hoy trata de restaurar su derecho a tener su propia voz», añadió Stris. «Trataremos de invalidar el denominado contrato con American Media Inc. impuesto sobre Karen para que pueda seguir adelante con su vida privada como merece», continuó.
McDougal, que asegura haber mantenido una relación con Trumo durante varios meses, desveló lo ocurrido en un artículo publicado por la revista The New Yorker hace un mes.
Según su testimonio, ambos se conocieron en una fiesta en la Mansión Playboy en junio de 2006 y, tras mantener contacto regular por teléfono durante un tiempo, se citaron en un hotel de Los Ángeles.
La exmodelo aseguró que en esa primera cita tuvieron relaciones sexuales y que el magnate neoyorquino intentó darle dinero, algo que ella rechazó.
La relación continuó durante nueve meses, durante los que se vieron en Los Ángeles y en otras ciudades, hasta que ella le puso fin.
En aquel entonces, Trump estaba ya casado con su actual esposa, Melania, y su hijo menor, Barron, había nacido hacía unos meses.
Según McDougal, el ahora mandatario -que en aquel entonces tenía un programa de televisión- le reembolsó en varias ocasiones gastos de viajes, pero siempre asegurándose de que no quedaran pruebas.
«No hay rastros en papel con él», escribió la exmodelo en el documento publicado por The New Yorker.
En 2016, durante la campaña electoral que terminó con la victoria del candidato republicano, McDougal se puso en contacto con agentes para tratar de vender en exclusiva su historia.
Los derechos fueron finalmente adquiridos por el tabloide National Enquirer, que pagó 150.000 dólares y optó por no publicar la historia.
Según varios exempleados citados por The New Yorker, el máximo responsable de la publicación, David Pecker, es un «amigo personal» de Trump y la táctica de pagar por una exclusiva simplemente para taparla es algo habitual en su negocio.