Ortega rechaza la Constituyente al considerar que su convocatoria y la definición del sistema de elección de sus 545 asambleístas no son potestad de Maduro, sino de los venezolanos consultados en referendo.
AFP
CARACAS. La fiscal general venezolana, Luisa Ortega, arreció este lunes su confrontación con el gobierno de Nicolás Maduro, al acusar al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de agravar con su parcialidad la violenta crisis que sufre Venezuela desde hace dos meses y medio.
Ortega, confesa chavista ahora considerada “traidora” por el gobierno, impugnó ante el TSJ la designación de 33 de sus magistrados, al alegar que se produjo en un proceso “irregular”, en diciembre de 2015, por el entonces saliente Parlamento de mayoría oficialista.
“La falta de legitimidad de esos magistrados es lo que afecta su idoneidad, su imparcialidad; es, sin duda, un factor que ha contribuido a que el TSJ no dé soluciones efectivas al país, sino por el contrario lo que se encarga es de acelerar la crisis”, declaró la fiscal.
En una maratónica sesión extraordinaria, en víspera de la Navidad de 2015, la Asamblea Nacional -que era dominada por el oficialismo- nombró y juramentó a 13 magistrados titulares (de un total de 32) y 20 suplentes, días antes de que la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tomara el control legislativo.
La oposición siempre ha acusado a esa corte de servir a Maduro, pero los señalamientos de la fiscal profundizan no solo las fracturas del chavismo, sino también la crisis institucional desencadenada luego de que la MUD lograra una aplastante mayoría parlamentaria y rompiera 18 años de hegemonía oficialista.
Ortega, abogada de 59 años, se ha convertido en la más dura crítica del gobierno, mientras Maduro enfrenta protestas que exigen su salida del poder y dejan 66 muertos.
Manifestantes encapuchados incendiaron parcialmente este lunes un edificio administrativo del TSJ, en Chacao, este de Caracas, bastión opositor, epicento de violentos disturbios.
El Parlamento, el martes, discutirá un procedimiento para designar nuevos magistrados del TSJ; al tiempo que dirigentes opositores convocaron a volver a las calles el miércoles.
“Inepta e incapaz”
La fiscal se distanció de Maduro desde que el 31 de marzo consideró como una “ruptura del orden constitucional” un fallo con el cual el TSJ se adjudicó las funciones del Parlamento. Esa fue la chispa que encendió las protestas.
La impugnación de los magistrados la presentó poco después de que el TSJ declarara “inadmisible” un recurso de nulidad que interpuso el pasado jueves contra una Asamblea Constituyente convocada por Maduro, y cuyo fondo, según la fiscal, “ni siquiera” fue analizado por la corte.
El TSJ argumentó que el recurso contenía una “inepta acumulación de pretensiones” y frenó así una movilización de venezolanos que, convocados por la MUD, pretendían adherirse a esa solicitud.
Unos 200 seguidores del gobierno y opositores intercambiaron en la mañana insultos y golpes en los alrededores del TSJ, aunque los accesos habían sido bloqueados por militares.
“No quieren que el pueblo se manifieste contra la Constituyente, que se vea la cantidad de gente que la rechaza”, declaró a AFP la manifestante María Rodríguez.
Según una encuesta de Datanálisis, 85% de los venezolanos rechaza modificar la Constitución de 1999.
La sentencia “despeja toda duda sobre ausencia de remedios judiciales” a la crisis, opinó el constitucionalista José Ignacio Hernández.
“Inepta significa que es incapaz”, dijo irónicamente el poderoso dirigente chavista Diosdado Cabello, candidato a la Constituyente, al aseverar que la fiscal presentó un recurso “sin fundamentos”.
“Más calle”
Ortega rechaza la Constituyente al considerar que su convocatoria y la definición del sistema de elección de sus 545 asambleístas no son potestad de Maduro, sino de los venezolanos consultados en referendo, como hizo el expresidente Hugo Chávez -fallecido en 2013- con la Carta Magna de 1999.
En abierto desafío a Maduro, la fiscal, a quien apoyan figuras del chavismo disidente, llamó a la población a oponerse a la Constituyente.
Ortega denunció este lunes, en una entrevista radial, que ella y sus familiares han sido víctimas de amenazas telefónicas y acoso, y responsabilizó al Estado de lo que “pueda pasar”.
Mencionándola por primera vez por su nombre, Maduro aseguró el domingo que la fiscal se convirtió “en la líder de opinión de los sectores opositores” a la Constituyente.
“La conducta del gobierno hacia la fiscal sigue subiendo el volumen para que la comunidad internacional termine de entender la gravedad de la crisis venezolana”, aseguró el líder opositor Henrique Capriles.
La MUD descartó participar en la Constituyente al considerarla un “fraude” con la que Maduro pretende hacer una Carta Magna “a la cubana” para perpetuarse en el poder.
Maduro y altos funcionarios han dicho que la Constituyente será un “suprapoder” una vez sea elegida el 30 de julio. Según oficialistas, entre sus primeras tareas estará destituir a la fiscal.