Las 100 personas más ricas del mundo podrían acabar con la pobreza extrema. (Foto: Archivo)
A pocos días de la celebración del Foro Económico de Davos en Suiza, la ONG Intermón Oxfam informó que el uno por ciento de la población mundial ha incrementado sus ganancias en 60 por ciento en los últimos 20 años, tendencia que se ha visto acelerada por la crisis financiera. Según la ONG, los recursos que se embolsillaron en 2012 las 100 personas más ricas del mundo podrían acabar hasta cuatro veces con la pobreza extrema.
Oxfam cifró en 240 mil millones las ganancias obtenidas durante 2012 por las 100 personas más adineradas del mundo, justo en medio de una fuerte crisis económica que ha llevado al suicidio a mucho ciudadanos en países como España y Grecia tras haber perdido sus trabajos y sus viviendas.
La organización exhortó a los líderes mundiales a reducir la desigualdad, «al menos hasta los niveles existentes en 1990», pues considera que los ingresos «extremos» no sólo carecen de falta de ética, sino que son «económicamente ineficientes y políticamente corrosivos» y además «dividen a la sociedad».
«La concentración de recursos en las manos de uno por ciento de los más ricos debilita la actividad económica y hace la vida más difícil para el resto, particularmente para los más vulnerables y los más pobres», afirmó el director general de la organización, José María Vera.
«No podemos seguir fingiendo que la generación de riqueza de unos pocos beneficiará al resto”, sostuvo Vera, quien propone acabar con los paraísos fiscales que albergan cerca de 32 billones de dólares o, lo que es lo mismo, la tercera parte de la riqueza global.
Esta medida «podría generar 189 mil millones de dólares adicionales en recaudación impositiva», según la organización.
El informe hace referencia a casos como el de Brasil, «que ha crecido al tiempo que reducía la desigualdad», y el «éxito histórico» del New Deal (Nuevo Trato) de Roosevelt. De hecho, Vera consideró que el mundo necesita «un New Deal global» que implante un sistema que funcione «en interés de toda la humanidad en lugar de hacerlo para una élite mundial».
Asimismo, propone «revertir la tendencia hacia sistemas fiscales regresivos», aplicar un tipo mínimo global a las empresas o incrementar las inversiones en los servicios públicos, así subir los salarios en relación con los rendimientos crecientes de capital.
«No podemos seguir fingiendo que la generación de riqueza por unos pocos beneficiará al resto. No podemos permitirnos concentrar activos en las manos de unos pocos y dejar a la mayoría pelear por lo que queda», señaló Vera.