Manuel Valls: «Los que están en nuestro territorio para desafiar nuestras leyes no tienen que permanecer en Francia». (Foto: EFE)
El ministro francés del Interior, Manuel Valls, afirmó este jueves que expulsará del país a los islamistas radicales que representen una amenaza «grave» para el orden público, así como a los extranjeros que no respeten las leyes de Francia.
«No vacilaré en hacer expulsar a los que reclaman del islam y representan una amenaza para el orden público», declaró Valls durante la inauguración de una mezquita en Estrasburgo (noreste).
La comunidad musulmana de la aglomeración de Estrasburgo cuenta entre 40 mil y 60 mil personas, es decir entre 8 por ciento y 12 por ciento de la población.
Asimismo, dijo que «expulsaremos a extranjeros en nuestro país que no respeten nuestras leyes y valores».
Según el titular de la cartera del Interior de Francia, «los predicadores del odio, los partidarios del obscurantismo, los integristas, los que quieren atacar nuestros valores y nuestras instituciones, los que niegan los derechos de las mujeres, no tienen lugar en la República».
«Los que están en nuestro territorio para desafiar nuestras leyes, para atacar los cimientos de nuestra sociedad no tienen que permanecer en ella» agregó.
Por otra parte, saludó «la prudencia de los responsables del culto musulmán» que llamaron a su comunidad a mantener la calma tras la publicación de unas caricaturas en contra del profeta Mahoma por el semanario satírico francés Charlie Hebdo.
Asimismo, aplaudió «la madurez que demostraron los musulmanes de Francia» ante este hecho.
Dijo que para estar en Francia o para vivir en esa nación «no hay ninguna necesidad de renunciar a su fe, de renegar de sus orígenes».
La semana pasada, tras la publicación de unas caricaturas y la película antiislámica ‘La inocencia de los musulmanes’ las autoridades francesas decidieron aplicar medidas de seguridad, cerrando temporalmente embajadas y colegios franceses en una veintena de países musulmanes.
Asimismo, ante los llamados a manifestar a través de las redes sociales, el Gobierno francés prohibió lasprotestas en Francia y desplegó un fuerte dispositivo policial preventivo. Sólo unas 50 personas respondieron a la convocatoria y no se produjo ningún incidente.