La Fuerza Armada sudafricana, decidió reforzar el perímetro de la zona de minas en Marikana; tras el conflicto desarrollado en el lugar el 16 de agosto, donde 44 mineros fueron asesinados por una fuerte represión policial. El ejército trabajará en conjunto con los cuerpos policiales haciendo sobrevuelos en el lugar.
El despliegue se llevará a cabo con fuerzas del ejército y cuerpos de la policía. (Foto: Archivo)
Autoridades decidieron reforzar la seguridad en los yacimientos sudafricanos en Marikana (noroeste de Sudáfrica), a fin de restaurar el orden y la tranquilidad en esta zona. El despliegue se llevará a cabo con fuerzas del ejército y cuerpos de la policía; así lo anunció una fuente oficial del país este martes.
El brigadier Xolani Mabanga, portavoz de las Fuerzas Armadas, confirmó a la prensa que el gobierno decidió enviar a la zona en conflicto, más de un centenar de agentes apoyados por helicópteros, donde el objetivo es sobrevolar la zona con un policía de copiloto y tener mejor control de la misión.
El presidente surafricano, Jacob Zuma, defendió el domingo, las medidas adoptadas para el control de la seguridad en las minas del país. Subrayó que las mismas tienen el propósito de terminar con la violencia e intimidación sin violar las libertades civiles.
«La acción del gobierno en Marikana tiene por objetivo asegurar que los ciudadanos ejerzan sus derechos pacíficamente y dentro de la ley, como es el caso en cualquier país democrático», sostuvo.
Por su parte, la ministra de Energía sudafricana, Elizabeth Dipuo Peters, dijo que los inversores de Suráfrica “deberían reconocer que las condiciones de los trabajadores tienen que ser mejoradas”.
El conflicto en Marikana lleva un mes sin ser resuelto. El 16 de agosto 44 mineros fueron asesinados tras una violenta represión de la Policía, cuyos efectivos abrieron fuego contra el grupo de trabajadores que se encontraba en huelga.
El conflicto en la mina comenzó por un desacuerdo sobre los pagos y los reconocimientos de los sindicatos que convocaron a una huelga durante tres semanas.
El presidente del país, Jacob Zuma, visitó la mina después de lo sucedido y le dijo a los trabajadores que “sentía su dolor”, prometió una rápida y eficaz investigación de las muertes.
La policía alega que fueron los mineros los que comenzaron a disparar después de haber sido amenazados por un grupo de trabajadores armados con machetes.
Contradictoriamente, aunque existen fotografías y videos donde se muestra a los policías disparando contra los mineros, los oficiales no serán juzgados a la espera de que una comisión de investigación esclarezca los hechos.