Monseñor Nunzio Scarano
CIUDAD DEL VATICANO.- Un funcionario del Vaticano que ya estaba bajo investigación por un presunto ardid para lavar dinero, fue arrestado el viernes por una operación distinta: los fiscales dicen que trató de trasladar 20 millones de euros en efectivo de Suiza a Italia a bordo de un avión del gobierno italiano.
Monseñor Nunzio Scarano, recientemente suspendido como contador de uno de los principales departamentos financieros del Vaticano, está acusado de fraude, corrupción y otros cargos relacionados con el plan, el cual nunca se llevó a cabo, dijo su abogado Silverio Sica.
Sica dijo que Scarano era el intermediario en la operación: unos amigos le pidieron a Scarano que intercediera con un corredor, Giovanni Carenzio, para que devolviera 20 millones de euros que le habían dado para invertir.
Scarano persuadió a Carenzio para que devolviera el dinero, y que un agente del servicio secreto italiano, Mario Zito, fue a Suiza para traer el dinero a bordo de una aeronave del gobierno italiano, agregó.
Tal movimiento presumiblemente hubiera evitado reportar el dinero a las autoridades. El plan no se realizó porque Carenzio renegó, manifestó el abogado.
No obstante, Zito exigió su comisión de 400.000 euros. Scarano le pagó inicialmente 200.000 euros con un cheque, el cual Zito depositó, dijo Sica. Pero con el fin de evitar que el segundo cheque fuera depositado en el banco, Scarano reportó la pérdida de un cheque por 200.000 euros, aun cuando sabía que Zito lo tenía, dijo Sica. Carenzio y Zito también fueron arrestados. No es el único problema que enfrenta Scarano.
Los fiscales de la ciudad sureña de Salerno lo investigan por presunto lavado de dinero en relación con su cuenta en el banco vaticano, el Instituto para Obras Religiosas. Apenas esta semana, el papa Francisco nombró una comisión investigadora para llegar al fondo de los problemas que han plagado al banco por décadas y que contribuyeron a dañar la reputación del Vaticano en los círculos financieros internacionales.
Esa investigación se deriva de transacciones que Scarano hizo en 2009 en las que retiró 560.000 euros en efectivo de su cuenta bancaria personal y los llevó a Italia para pagar parte de una hipoteca por su casa en Salerno.
Para depositar el dinero en una cuenta de un banco italiano, y evitar que los miembros de su familia supieran que había hecho con tanto dinero, le pidió a 56 amigos cercanos que aceptaran 10.000 euros en efectivo a cambio de un cheque o una transferencia bancaria por la misma cantidad, dijo Sica previamente esta semana. Scarano pudo entonces depositar esos montos en su cuenta italiana.
El dinero llegó originalmente a la cuenta de Scarano en el banco vaticano de donantes que creyeron que estaban financiando una casa para enfermos terminales en Salerno, dijo Sica.
Agregó que Scarano había dado los nombres de los donantes a los fiscales e insistió en que el origen del dinero era lícito, que las transacciones no constituían lavado de dinero, y que tomó el dinero sólo “temporalmente” para su uso personal. La casa para los enfermos terminales no se ha construido, aunque la propiedad ha sido identificada, agregó Sica.
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