La acreditación equivale a afirmar que la universidad ha alcanzado estándares de excelencia que la equiparan con universidades de otros países.

El Pacto Nacional por la Reforma Educativa, firmado en abril, incluyó entre sus propuestas la implementación de procesos de acreditación como instrumentos que eleven la calidad de la educación superior. La acreditación es el aval que, tras una fase voluntaria de evaluación interna y externa, una agencia contratada a los fines otorga a una academia.

“Someterse a un proceso de acreditación es tú ‘desnudar’ la universidad”, afirma Radhamés Mejía, rector de la Universidad Apec (Unapec), que recientemente acreditó 8 de sus 12 programas de negocios.

La academia que busca este tipo de validación expone al análisis y escrutinio de la agencia acreditadora sus procesos y su oferta académica, a fin de determinar que cumplen con los estándares previamente establecidos, un proceso que puede tomar varios años de ajustes y mejoras.

En el caso de Unapec, según Mejía, el proceso tomó tres años.

Además de tiempo, la acreditación conlleva una gran inversión. Puede requerir mejoras en la infraestructura, la capacidad tecnológica o aspectos relacionados con la contratación.

Sólo en la formación de los profesores, informa Mejía, Unapec invirtió entre 25 y 30 millones de pesos; y en nuevas tecnologías, una suma similar o superior.

La acreditación equivale a afirmar que la universidad ha alcanzado estándares de calidad que la equiparan con academias de otros países. “El estar acreditado por una agencia internacional es de muchísima importancia porque eso es lo que da credibilidad”, afirma Mejía.

Educación superior y desarrollo nacional
Radhamés Mejía considera que el desarrollo del país se encuentra íntimamente vinculado al desarrollo del recurso humano y que esto no equivale a tener muchos títulos universitarios, sino a adquirir en las aulas las competencias que requiere la sociedad.

Esas competencias, dice, se desarrollan a través de programas de alta calidad… y de calidad internacional.

“La globalización hace que el profesional que estamos graduando compita con el que está graduando Taiwán, Singapur o EE.UU. La empresa nuestra, si quiere competir con la internacional, debe tener recursos humanos con la misma calidad que los demás países, de lo contrario el país no puede ser competitivo”.

Un compromiso con la calidad
En la década pasada, en el país hubo es|fuerzos por someter las instituciones de educación superior a un proceso nacional de acreditación. No obstante, aquel intento, materializado en la Asociación Dominicana para el Autoestudio y la Acreditación (Adaac), se quedó en el camino.

En la actualidad, el país no cuenta con una agencia de acreditación universitaria y, por eso, las academias buscan organismos extranjeros que certifiquen que estas cumplen con estándares internacionales, un factor muy importante en un mundo globalizado.

Un ejemplo es la Universidad Apec (Unapec), que cumplirá 50 años en 2015, y que, según su rector Radhamés Mejía, de cara a ese aniversario asumió el compromiso de desarrollar una universidad “de calidad, pero con equidad”.

“No basta con que la universidad diga ella misma que es de calidad, sino que hemos querido buscar referentes a nivel internacional y por eso buscamos agencias de acreditación de renombre internacional”, comenta Mejía.

En el caso de Unapec, que nació como un centro de estudios fruto de un esfuerzo del sector empresarial y que tiene en el área de negocios una de sus fortalezas, empezó acreditando sus programas de esa área de estudios.

Accreditation Council for Business Schools and Programs o ACBSP (en la web http://www.acbsp.org), agencia privada fundada en Estados Unidos en 1988 y que cuenta entre sus miembros con más de mil universidades, acreditó ocho de los doce programas de negocios de Unapec.

Proceso
“La acreditación es un gran reto y es un gran compromiso”, dice Mejía.

El reto se inicia cuando la universidad hace una autoevaluación a partir de los estándares de la agencia acreditadora que, en el caso de ACBSP, son seis: liderazgo, plan estratégico, atención a estudiantes, medición de aprendizajes de los estudiantes, atención a docentes y personal, y gestión del proceso educativo y de empresas.

Luego expertos de la agencia realizan una evaluación externa y recomiendan las mejoras que consideran necesarias. Una vez hechas dichas mejoras, la agencia las valida.

Continuidad
La acreditación también implica un compromiso porque para mantenerla hay que seguir mejorando y enviando a la agencia acreditadora informes anuales de esos avances.

Si la institución no mejora, pierde la acreditación.

“El proceso de mejora es un proceso que no se detiene por el hecho de haber obtenido la acreditación -comenta Mejía-; todo lo contrario, la acreditación nos obliga a seguir mejorando”.

Aunque Unapec obtuvo calificaciones sobresalientes en aspectos como planificación estratégica, medición de los aprendizajes de los estudiantes y gestión académica de los programas, la institución debe aumentar la cantidad de profesores a tiempo completo e incrementar el número de catedráticos con doctorado para fortalecer la investigación.

La agencia ACBSP, toma en cuenta entre sus estándares el nivel de formación y la carga académica de los catedráticos.

“Mientras que aquí es común encontrar a un profesor con una carga académica de 40 horas a la semana, en los programas acreditados eso es inaceptable… porque se entiende que el profesor tiene que dedicar tiempo a la preparación, a la evaluación de los estudiantes, es decir que eso tiene un costo alto para la universidad”, explica Mejía.

Estudiantes
¿Qué significa la acreditación para los estudiantes del programa evaluado?

Mejía dice que, por requerimiento de la misma agencia acreditadora, el estudiante debe participar a lo largo de todo el proceso evaluativo. Eso incluye, por citar sólo dos casos, la reformulación de los planes de estudio y la evaluación de los profesores.

Unapec contrató a Peregrine Academic Services (www.peregrineacademics.com), que trabaja con la agencia ACBSP y evalúa las competencias y el aprendizaje de estudiantes en diferentes países del mundo.

Estas pruebas permiten dar seguimiento al desarrollo de las competencias que los estudiantes van adquiriendo a lo largo de su carrera y compararlas con las de estudiantes de Estados Unidos y de Europa que se someten a los mismos exámenes.

Además, permiten a la universidad determinar si la formación que brinda a dichos estudiantes está logrando los objetivos propuestos y llenando los estándares establecidos tanto por la misma academia como por la agencia acreditadora.

“El nivel de exigencia, con la acreditación, aumenta para los estudiantes”, afirma Mejía.

Al final, la acreditación redunda en beneficio del egresado porque le garantiza a éste que recibe una formación que cumple con parámetros internacionales.

Le asegura, por otro lado, que las universidades extranjeras acreditadas por la misma agencia reconocerán su título.

“El fin último de toda universidad es ofrecer al estudiante una educación de calidad”, concluye Mejía.

PROGRAMAS ACREDITADOS EN APEC
Para someter un programa al proceso de acreditación este debe cumplir con ciertos requisitos como por ejemplo haber graduado a por lo menos tres cohortes. De ahí que Apec haya sometido a la validación sólo ocho de las 12 carreras que imparte en el área de negocios con que cuenta y que agrupan a más de 4,000 estudiantes.

En grado las carreras acreditadas fueron Administración de Empresas, Contabilidad, Mercadeo, y Administración Turística y Hotelera; en postgrado, las maestrías en Gerencia y Productividad, Administración Financiera, Gerencia de Recursos Humanos, y Auditoría Integral y Control de Gestión.

En adición a las carreras avaladas en el área de negocios, la universidad inició el proceso de acreditación de las carreras del área de Ingeniería, y busca una agencia que valide el resto de sus programas.

“Nuestro compromiso -aseguró Mejía- es ir acreditando poco a poco todas las carreras de Unapec”.

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