EFE
Protagonista de una resurrección artística sin precedentes tras una estancia en la cárcel, la mexicana Gloria Trevi celebra quince años en libertad mirando “hacia adelante”, trabajando y haciendo caso omiso a las “barbaridades” que hasta el día de hoy escucha sobre ella.
“A mí me han crucificado mucho”, confesó este jueves la cantante en entrevista con Efe, en la que señaló que todavía aguanta “muchos comentarios muy horribles” y algunas personas (“gente ignorante, que no sabe de qué me acusaron”) la califican de “tratante de blancas”.
Hace quince años, el 21 de septiembre de 2004, Gloria Trevi abandonó una cárcel del estado mexicano de Chihuahua, tras ser absuelta de los cargos de rapto, violación agravada y corrupción de menores que afrontaba, entre otros, junto al que en ese entonces era su productor y mentor, Sergio Andrade.
La fecha no pasó desapercibida para la cantante, quien, inmersa junto a la colombiana Karol G en la gira “Diosa de la Noche”, que actualmente pasa por EE.UU., dedicó unas palabras emotivas durante un recital en Chicago (Illinois) al nuevo capítulo vital que inició desde aquel día, un momento que quedó recogido en su cuenta de Instagram.
“La libertad sabe a Gloria”, gritó a los asistentes al Allstate Arena de esta ciudad, que como en los anteriores conciertos de este tour y en las 40 fechas celebradas en México llenaron el recinto y esa noche le corearon- “¡Sí se pudo!”.
“Tengo mucho que agradecerle a Dios”, reconoció la mexicana, quien empezó a leer la Biblia mientras estuvo ingresada en prisión y luego, en estos quince años tuvo otro hijo, se casó y publicó discos y canciones como “Todos me miran” y “Me lloras” que la devolvieron a las radios y a los escenarios.
“Ojalá que la gente cuando esté en el concierto no vea la Gloria Trevi sino la gloria de Dios. Porque contra toda predicción él te levanta”, manifestó la Trevi, quien con la publicación en 1989 de su álbum debut, “…¿Qué hago aquí?”, inicio una fulgurante trayectoria en su país y en América Latina, siempre rodeada de polémica.
“‘Diosa de la noche’ significa que todos tenemos dentro de nosotros un pedacito de Dios, por eso hay que vivir intensamente”, explicó sobre el nombre de la gira, que esta noche pasa por la ciudad de Greensboro (Carolina del Norte).
A esa parada le seguirá el viernes otra en Washington, el sábado en el mítico Radio City Music Hall de Nueva York y la próxima semana subirán al American Airlines Arena de Miami, ciudad a la que la cantante le guarda especial cariño y en la que vivió un tiempo “cuando había salido del problema”.