ONU lamenta ejecución “acelerada” y “arbitraria” de cuatro reos en Arkansas
Los ataques del presidente de EEUU, Donald Trump, a la prensa de su país dan un mal ejemplo al mundo y ponen en peligro el tradicional papel de defensor de la libertad de prensa global que ha tenido la nación norteamericana, según el informe anual de Freedom House publicado hoy.
Ginebra, (EFE).- La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos condenó hoy la ejecución “acelerada” y “arbitraria” de cuatro reos en ocho días en Arkansas, después de doce años de moratoria “de facto” de la pena de muerte en ese estado sureño de Estados Unidos.
El último prisionero en ser ejecutado fue Kenneth Williams, afroamericano de 38 años, que murió el pasado jueves en la prisión Cummins Unit, tras recibir unas dosis de midazolam, bromuro de vecuronio y cloruro de potasio.
Por la camilla de la cámara de ejecuciones de Cummins Unit ya habían pasado en días anteriores Ledell Lee, Jack Jones y Marcel Williams, tres reos condenados a muerte por feminicidios.
El gobernador de Arkansas, el republicano Asa Hutchinson, decidió fijar el calendario de ejecuciones para aprovechar las reservas de midazolam, substancia utilizada en la inyección letal, y que expiraban a finales de mes, “sin saber con claridad si las autoridades podrían adquirir más existencias”, explicó a la prensa la portavoz de la Oficina del Alto Comisionado, Elizabeth Throssell.
“Son los ataques de amplio alcance de Trump a los medios y a su lugar en una sociedad democrática, primero como candidato y ahora como presidente, los que alimentan predicciones de futuros reveses (de la libertad de prensa en el mundo) en los próximos años”, advierte Freedom House
“Un argumento como este provocó que el calendario de ejecuciones se fijara de forma acelerada y arbitraria. La caducidad de una substancia fue el factor determinante”, dijo Throssell.
De acuerdo con el organismo de la ONU, “las ejecuciones precipitadas pueden negar a los prisioneros la oportunidad de ejercer su derecho a apelar” contra la sentencia o de solicitar un indulto.
Sobre el caso de Ledell Lee, la portavoz dijo que sus representantes legales habían pedido antes de la ejecución una prueba de ADN, que no se realizó; mientras que los abogados de Kenneth Williams aseguraban que su cliente padecía una discapacidad intelectual que no se tuvo en cuenta en la sentencia.
Por otro lado, la portavoz explicó que el uso del sedante midazolam ha sido criticado dado que no evita que el reo sufra y recordó que en los últimos tres años se han reportado ejecuciones mal realizadas por el uso de esta substancia en Alabama, Oklahoma y Ohio.
Así, aunque las autoridades estatales aseguraron que la ejecución, que apenas duró 13 minutos, transcurrió “perfectamente”, muchos de los periodistas presentes alertaron de que Williams estuvo temblando minutos después de recibir el sedante.
La de Williams fue la décima ejecución de este año en Estados Unidos y la número 1.452 desde que el Tribunal Supremo reinstauró la pena de muerte hace cuatro décadas.
Por otro lado, la representante del Alto Comisionado se congratuló de que otros cuatro reclusos del mismo estado sureño eludieran la pena máxima mediante recursos oficiales.
Señaló que las ejecuciones en Arkansas han tenido lugar en medio de “un constante y bienvenido descenso” de la aplicación de la pena de muerte en Estados Unidos, de 52 en 2009, a 20 en 2016.
“La ONU se opone a la pena de muerte bajo cualquier circunstancia”, concluyó Throssell. EFE
Los ataques de Trump a la prensa dan mal ejemplo al mundo
Washington, 28 abr (EFE).- Los ataques del presidente de EEUU, Donald Trump, a la prensa de su país dan un mal ejemplo al mundo y ponen en peligro el tradicional papel de defensor de la libertad de prensa global que ha tenido la nación norteamericana, según el informe anual de Freedom House publicado hoy.
Las peores consecuencias de la “hostilidad” de Trump hacia los medios no son para la prensa estadounidense, muy fuerte y con sólidas protecciones legales, sino para los periodistas de otros lugares del mundo que hasta ahora contaban con EEUU para denunciar los ataques de sus gobernantes.
“El mayor peligro es que Estados Unidos deje de ser un modelo para otros países. La protección de la libertad de prensa en Estados Unidos continúa siendo vital para la defensa y la expansión de la libertad de prensa en el mundo”, se indica en el estudio, que se presenta hoy en el “Newseum” de Washington, el museo de la prensa.
“Cuando los líderes políticos en EEUU arremeten contra los medios, eso anima a sus homólogos en otros países a hacer lo mismo. Cuando los líderes de EEUU dejan de promover la democracia y la libertad de prensa, los periodistas del resto del mundo sufren las consecuencias”, agrega.
Preocupa, por tanto, que Trump “esté dando una licencia a los líderes políticos del resto del mundo que han aplicado mano dura contra la prensa como parte de una amplia estrategia autoritaria”.
Freedom House, organización independiente con sede en Washington, subraya que nunca, en los 38 años que lleva haciendo seguimiento de la libertad de prensa global, Estados Unidos ha estado tan presente en el debate público sobre este tema como en 2016 y en los primeros meses de 2017.
“Son los ataques de amplio alcance de Trump a los medios y a su lugar en una sociedad democrática, primero como candidato y ahora como presidente, los que alimentan predicciones de futuros reveses (de la libertad de prensa en el mundo) en los próximos años”, advierte la entidad.
Y eso cuando la libertad de prensa global ya cayó en 2016 a su punto más bajo en 13 años con “amenazas sin precedentes” en países hasta ahora “modelo” como EEUU y marcados retrocesos en Polonia, Bolivia, Turquía y Serbia, según este informe anual.
Freedom House, que suele concentrar sus análisis en países donde la democracia y la libertad de prensa son frágiles, dedica este año especial atención a EEUU porque “ningún presidente en la historia reciente ha mostrado un mayor desprecio por la prensa que Trump en sus primeros meses en el cargo”.
Trump ataca repetidamente a la prensa desde su campaña electoral y ha seguido haciendo lo mismo en la Casa Blanca, desde donde ha declarado a los medios “el enemigo del pueblo” y los acusa de divulgar “noticias falsas”.
No obstante, EEUU sigue siendo uno de los países más “libres” para la prensa, con una puntuación de 23 sobre una escala donde 0 es lo mejor y 100 lo peor.
Freedom House evalúa el grado de libertad de prensa en 199 países y territorios, a los que otorga una puntuación entre el 0 (máxima libertad) y el 100 (mínima), lo que sirve de base para determinar si tienen prensa “libre” (31 % de los países), “parcialmente libre” (36 %), o “no libre” (33 %). EFE