Gran reto para el Estado, la democracia y la sociedad dominicana con elección de nueva Cámara de Cuentas.

Por Elba García

El Senado de la República se avoca esta tarde a la escogencia de los nuevos miembros de la Cámara de Cuentas, mecanismo vital para controlar el manejo de los dineros del Estado por parte de aquellos que van a la administración pública y que muchas veces terminan llevándose a sus bolsillos los recursos que debían ir a la educación, la salud y otros servicios sociales.

Los escándalos alrededor de la Cámara de Cuentas han sido realmente bochornosos porque este órgano ha sido convertido en una especie de consejo para tapar y avalar a los delincuentes que se anidan en el Gobierno para engañar al Estado y a la sociedad.

En el pasado reciente y mucho antes la Cámara de Cuentas ha sido utilizada para maquillar el principal instrumento que tiene para evaluar el desempeño del funcionario público, que no son otra cosa que las auditorias, las cuales muchas veces no se hacen y en otras ocasiones las mismas son convertidas en un mecanismo para justificar lo mal hecho.

La principal distorsión de este importante órgano de control ha sido mediante la justificación del fraude y la sustracción del patrimonio de la nación a través de procedimientos y conductas equivocadas de aquellos que se atrincheran en la administración pública para afectar a todos y a cada uno de los ciudadanos que regularmente buscan que las cosas sean diferentes.

Por esta razón esta tarde el Senado tiene la sagrada misión de evitar que los partidos continúen con su mal comportamiento de buscar contaminarlo todo con una politización muy dañina para la independencia que debe primar en una institución como la Cámara de Cuentas.

Las conspiraciones para que se escoja una nueva Cámara de Cuentas al servicio de la manipulación y de una nula o precaria supervisión de los gastos públicos que generalmente están afectados de una pobre transparencia, lo cual ha sido más que desastroso en los últimos anos, por no decir décadas, están a la orden de día.

Sin embargo, la presión de la sociedad y de algunos actores de la vida política nacional parece que ha provocado un giro muy importante y todo indica que los escogidos podrían ser personas sin tachas y mucho menos al servicio del partidarismo.

De cualquier modo, el Senado de la República tiene la responsabilidad de no seleccionar a aquellos que sólo van a esas posiciones a confabularse con lo peor de la administración pública para llevarse lo que no es suyo.

Lo que se espera es que a partir de este martes la República Dominicana cuente con una Cámara de Cuentas que se ajuste al interés de la sociedad y de la democracia, con la escogencia de personas que no estén al servicio de la corrupción y el partidarismo.

En la actualidad en el país hay toda una corriente que se encamina a que en la nación haya una serie de órganos importantes para la transparencia y la democracia dirigidos por personas independientes y que se conviertan en un dique de contención en contra de la confabulación para sustraer el patrimonio nacional.