Los rebeldes informaron que a partir del próximo 3 de septiembre empezarán a derribar aviones comerciales con rumbo al aeropuerto de Damasco y Alepo (Foto: AFP)
El opositor Ejército Libre de Siria (ELS), autor de ataques terroristas que han dejado miles de muertos en la nación árabe, amenazó ahora con derribar aviones comerciales con rumbo al aeropuerto de Damasco (capital) y Alepo (noroeste) a partir del próximo 3 de septiembre.
Los armados aseguran que la decisión de abatir los aviones busca poner fin al supuesto suministro de equipo militar, que según ellos, llega a Siria desde Rusia, Iraq, Irán y Líbano.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Guennadi Gatílov, reaccionó a la amenaza y afirmó que no es más que «el resultado del irresponsable suministro de armas” a los grupos opositores por parte de naciones occidentales y árabes.
A raíz de la situación en Siria, varias compañías aéreas han renunciado a pilotear aviones rumbo a ese territorio. Aeroflot, la línea aérea más grande de Rusia, también suspendió sus vuelos con destino a ese país.
Mientras, los enfrentamientos continúan entre las fuerzas sirias y hombres armados en las ciudades de Damasco (la capital), Alepo (noroeste) y Homs (oeste). En la ciudad sureña de Deraa, el Ejército ha arrestado a seis personas por portar armas. Por otra parte, la ciudad occidental de Hama ha sido escenario de una explosión de bomba, la cual no causó baja alguna.
Tras los diversos choques, las fuerzas del Ejército de Siria lograron confiscar una gran cantidad de armas y municiones a los rebeldes.
El pasado mes de julio, el Ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Walid Moallem, denunció que “los responsables estadounidenses falsifican la realidad sobre el terreno, animan a los grupos armados a cometer actos de terrorismo y violencia, no sólo en Hafa (en la provincia de Latakia, oeste) sino en todas las regiones sirias”.
Al mismo tiempo, acusó al gobierno de Estados Unidos de mantener una “injerencia flagrante en los asuntos de Siria apoyando públicamente a los grupos terroristas armados, cubriendo sus crímenes y falsificando los hechos relativos a Siria en las Naciones Unidas”.
El Gobierno sirio, liderado por Bashar Al Assad ha reiterado ser víctima de un plan extranjero de desestabilización y ha mostrado al país y al mundo pruebas de células pertenecientes a grupos extremistas, que han intentado sembrar el caos a través de asesinatos y disturbios, infiltrándose en las manifestaciones pacíficas y atacando indiscriminadamente a ciudadanos y a autoridades de orden público desde el 2011.