¿Sedúceme?
Algo qué contar
Una frase del escritor Leonardo Ferrari dice» Más allá de las palabras, el cuerpo no miente, y es que el lenguaje no verbal tiene un poder que transgrede las emociones y la piel.
Hace un tiempo vi en Neflix la serie ‘Lie to Me (Miénteme) en la que un equipo de especialistas analizan el comportamiento de las personas por los gestos del cuerpo, principalmente las expresiones faciales. Prestan sus servicios al FBI, la policía, empresas y personas.
Pero, me percaté que de todos los gestos no verbales los más transparentes son los que hacemos con la mirada. Es impresionante, cómo se pone en práctica aquello que versa que los ‘ojos son las ventanas del alma’. Es a través de su luz que desciframos las emociones de quienes nos miran.
Y una de las miradas que más gustan son aquellas que descifran aprobación, empatía, amor y seducción; pero ¿cómo identificamos una mirada seductora? Simple, con un guiño de ojos, de quién nos mira, nos percatamos al instante de una serie de mensajes no verbales fácil de descifrar.
Esta práctica gusta de hombres, mujeres y niños por los efectos de bienestar que proporciona al ser humano.
Cerrar un ojo en un guiño es un gesto, a veces no planificado que sugiere algo de conspiración, como el caso de los soldados en la guerra que lo utilizaban mucho para ponerse de acuerdo y atacar al enemigo. También puede ser un acto de aprobación, complicidad y seducción.
Wikipedia dice que guiñar un ojo una expresión facial hecha con un breve cerrar de un ojo. Por lo general, es un modo de comunicación informal, una especie de señal.
Dependiendo del contexto, el guiño puede significar desde atracción sexual, amistad, o el conocimiento compartido de algo o de algún propósito oculto.
De lo que estamos seguros es que es un lenguaje no verbal facial con una carga de seducción inmensa.
Cuando queremos conquistar, lo primero que hacemos es guiñar un ojo desde la distancia porque manda un mensaje implícito en armonía con una sonrisa seductora.
Cabe destacar, para quienes han hecho de esta práctica su mejor arma de seducción, que su significado varía dependiendo el país en el que encuentres.
En la cultura occidental puede ser utilizado para comunicar intenciones sexuales, que irán dependiendo del contexto desde el coqueteo hasta una invitación explícita. Además puede significar un entendimiento compartido, igual que en muchos países de América.
En España y Argentina se usa mucho en los juegos y en otros países de Asia, guiñar un ojo puede ser visto como un gesto ofensivo. Sin embargo, en la India suele tener connotaciones similares a las de Occidente, como insinuación o invitación seductora.
Dejando a un lado cualquier experimento científico, lo cierto es que cuando te guiñan un ojo no te pones guapa, no gritas, no te ofendes; simplemente, decides si devolver con la misma moneda o sonreír como un acto de cortesía. ¿Qué harías?