Aunque han ido disminuyendo, los inconvenientes en las cárceles por la fuga de reos obligaron a las autoridades penitenciarias a adoptar medidas para reforzar los controles y evitar las fugas.
En reportaje publicado el lunes 19 de enero de 2017, Listín Diario reseñó que en los últimos 12 años los reclusos han utilizado diversas estrategias para escapar de la prisión, logrando vulnerar la vigilancia 337 en los 41 recintos, tanto del sistema tradicional como del nuevo modelo.
Las modalidades de fuga fueron tan estratégicas como creativas, siendo las más comunes el segueteo de barrotes, volar las paredes, salir por las puertas, con y sin la intervención de armas de fuego, y en ocasiones, a través del camión que recoge la basura.
Hasta junio de 2017, cuando Listín Diario presentó el problema de los escapes, 50 reos se encontraban prófugos.
Se determinó que los condenados por homicidio y robo agravado son los que más suelen incurrir en esa práctica, siendo lo más usual hacerlo por las noches y en la madrugada.
Sobrepoblación. El mayor problema de hacinamiento lo presenta la cárcel La Victoria, donde hasta octubre estaban recluidos 8,973 hombres, pero su capacidad era para alojar a 2,011.
Hacinamiento
El 20 de junio de 2017, Listín Diario relató el nivel de congestionamiento de los centros penitenciarios, principalmente los del modelo tradicional, mediante un reportaje que llevó como título “20 cárceles en cuidados intensivos”, por la alta tasa de hacinamiento, que en ese momento era de un 85.7%.
Para esa fecha, en los 41 recintos de reclusión del país había 26,403 personas, pero su capacidad solo era para 14,219.
Al transcurrir seis meses, Listín Diario volvió su mirada hacia los centros penitenciarios, publicando un reportaje que evidenció que el problema no solo se ha mantenido, sino que se ha agravado, pues el nivel de hacinamiento aumentó a 89.7 por ciento, en base a un reporte de la población penitenciaria hasta octubre del 2017. La capacidad de las cárceles era la misma, pero el número de reos aumentó a 26,974.
El 18 de noviembre, el diario divulgó un informe de la Defensa Pública, que estableció que cerca del 30% de los reclusos de La Victoria durmió en el suelo en el 2016, producto del hacinamiento, arrojando que el problema no se limitaba a esa cárcel.
Tres días después, en el marco de una visita al director de Listín Diario, Miguel Franjul, el procurador Jean Alain Rodríguez, precisó que el ministerio público desarrolla acciones para reducir gradualmente el congestionamiento de las cárceles del país, y dijo que realiza diligencias por ante el Poder Ejecutivo, a fin de obtener los fondos que permitan iniciar la construcción de los dos nuevos centros que sustituirán la cárcel La Victoria.
EXPERIENCIA DE UN CENTRO MODELO QUE FUNCIONA EN LA VEGA
El Pinito es un centro modelo, inaugurado en julio del año 2012, que no presenta el estado de hacinamiento de otros recintos, porque cuenta con capacidad para 995 camas y hay 587 internos, de los cuales solo ocho están en condición preventiva y el resto ya está cumpliendo condena.
Los internos están distribuidos en cinco edificios, cada uno de cuatro niveles, cada nivel con 48 camas.
Consta de un área de observación y una de máxima seguridad, además del área educativa y talleres. Hay tres canchas de baloncesto y voleibol.
El director del Centro de Corrección El Pinito, de La Vega, Luis Gabriel Victoria, señaló que una de las principales medidas que ha aplicado para evitar fugas en ese recinto es el cumplimiento de los programas de tratamiento, porque entiende que la principal fortaleza es cuando un interno se siente preparado y reconoce que su condena ha sido por una falta de él.
El Pinito, de La Vega, no presenta los niveles de hacinamiento de otros centros.
Expuso que luego entra el trabajo de seguridad de la estructura o del edificio, cuidando las áreas perimetrales, con agentes de vigilancia.
Resaltó que como la tarea principal es la regeneración del privado de libertad, el área primordial es la educativa.
Tienen el área de producción como terapia ocupacional, que forma parte de los programas de tratamiento.
En los programas de educación, reciben el apoyo del Infotep.
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