Opinión
Haití, un problema de los haitianos
Notice: Undefined variable: post in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Notice: Trying to get property 'ID' of non-object in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Por Miguel Guerrero
Ni moral ni políticamente los dominicanos tenemos obligación alguna con otro estado. Nuestra obligación como nación es respetar las leyes internacionales y dar fiel cumplimiento a los tratados.
El argumento es absurdo y demuestra la ambigüedad de las iglesias en el tratamiento de un tema tan sensitivo, capaz de generar conflictos de incalculables consecuencias. Es como si el país le exigiera ahora a España el compromiso de hacerse cargo de nuestras dificultades económicas y sociales, por los horrores de la conquista y las oportunidades que los ibéricos han encontrado en el suelo nativo; o los mejicanos dejaran en manos de los Estados Unidos la solución de sus problemas, por la pérdida de Texas. Ni moral ni políticamente los dominicanos tenemos obligación alguna con otro estado. Nuestra obligación como nación es respetar las leyes internacionales y dar fiel cumplimiento a los tratados.
Haití no es un problema nuestro. Haití es un problema de los haitianos. Una cosa es lo que se deriva de una inmigración ilegal masiva, superior a la capacidad del país para encararla, que sí es un problema nuestro, y otra es la pobreza de nuestros vecinos. Ninguna nación puede ser forzada a aceptar una inmigración por encima de sus fuerzas como tampoco puede ser arrinconada por la comunidad internacional para hacerla renunciar a sus derechos migratorios. Con todo lo malo que los curas, y ahora los pastores, dicen sobre esa inmigración ilegal, que alcanza un considerable porcentaje de la población adulta del país, lo cierto es que los haitianos cruzan la frontera porque aquí encuentran más oportunidades que en su propia patria. La comunidad internacional pretende que documentemos a inmigrantes ilegales cuyo país no ha sabido dotar de identidad.