De portada
Perremeístas y peledeístas son iguales, no porque sean químicamente diferentes, pero sí por tener la misma visión y formación.
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En el seno de los funcionarios del Gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) hay mucho dolor de que el presidente Luis Abinader haya escogido un Ministerio Público independiente, porque ello representa un escollo para actuar de la misma manera que los peledeístas.
Porque en realidad nadie debe llamarse a engaño de que ambos son iguales, no porque se parezcan física y químicamente, sino porque están formados sólo para armar trampas y traicionar sus propias palabras, pero además para a ir a la política a jugar y a utilizar a la gente.
Ya es mucho lo que se ha hablado del comportamiento de los perremeístas, cuya conducta no tiene diferencia con la de los peledeístas, reformistas y perredeistas, pero esta forma de ellos manejar las instituciones públicas lo que hace es crear mayor decepción en el ciudadano que ahora mismo no tiene hacia donde ir políticamente hablando.
Este tema vuelve a traerse a colocación en virtud de que son muchos los rumores y versiones hasta confirmadas de la forma de los miembros de estos partidos ver la política y el Estado que no es otra que para promover un comportamiento reprochable y odioso, porque no hay planes colectivos, sino individuales.
Se habla de que los partidos buscan repartirse la composición de la Cámara de Cuentas mediante la selección en componenda con el Congreso Nacional, es decir, diputados y senadores, de aspirantes vinculados al partidarismo político e igual parece que podría ocurrir con la Defensoría del Pueblo.
La poca consistencia y las incoherencias del PRM se prestan para cualquier cosa, porque renegar olímpicamente de sus compromisos públicos y abiertos sin la más mínima delicadeza respecto a una serie de temas de interés nacional de forma desfachatada y hasta desvergonzada, son los mejores ejemplos de lo que es la esencia del partido hoy en el poder.
Sus posiciones con relación a la problemática nacional fueron muy diferentes cuando estaban en la oposición, lo que ha dejado claro que ciertamente una cosa es con violín y otra con guitarra.
Naturalmente, la detonante de la componenda en lo que respecta a estos dos órganos de una gran importancia para promover una cultura de transparencia en el país, podría ser la pérdida total de la credibilidad de este partido que llega al poder sobre la base de la consigna quítate tú pa ponerme yo.
Nadie niega, porque sería ser mezquino, que Luis Abinader como presidente de la República por lo menos ha vendido la idea de que tiene buenas intenciones, pero también podría ser que esa actitud esté asociada a la vigilancia que mantiene una ciudadanía empoderada y que de esa manera se busque un apoyo que tal vez no tiene ninguna justificación.