Con la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo el 30 de mayo de 1961, hace hoy 53 años, República Dominicana abrió sus puertas a la libertad y la democracia.Sin embargo, hoy día los crímenes por los que se caracterizó su régimen permanecen impunes y muchos de sus personeros hacen vida activa en la política criolla y no pocos esconden simpatías con el sátrapa.
La conspiración contra Trujillo incluía su eliminación física y luego un golpe de Estado para desmembrar de raíz la dictadura y tras llamar a elecciones libre restablecer la democracia.
Tras 31 años de dictadura, y luego del fracaso de la invasión de Constanza, Maimón y Estero Hondo, el 14 de junio de 1949, así como del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, un grupo de hombres se dio a la tarea de poner fin a la satrapía.
Figuran en su larga lista de crímenes el asesinato en Nueva York del periodista vasco Jesús de Galíndez y del intelectual Ramón Marrero Aristy.
Los complotados eran Salvador Estrella Sadhalá, Antonio Imbert Barreras, Antonio de la Maza, Huáscar Tejeda, teniente Amado García Guerrero, Roberto Pastoriza y Pedro Livio Cedeño, y para la ejecución del golpe de Estado se contaba con el mayor general José René Román García (Pupo), entonces secretario de las Fuerzas Armadas, quienes fueron también asesinados por los personeros de Trujillo, encabezados por su hijo Ramfis.
Muerto Trujillo y ya en el exilio sus hijos y personeros más cercanos, en 1962 se aprobó la Ley 58-80 que proscribe las actividades que promuevan la figura e ideas afines al dictador.
Sin embargo, a 53 años de su muerte, los crímenes de la dictadura continúan impunes, y muchos de los que lo acompañaron ocupando funciones públicas hoy día hacen vida política y se erigen como defensores a ultranza de la democracia.
Hoy día no es raro oír y leer en foros y medios de comunicación las más estridentes defensas al “orden” imperante entonces y loas a la “ausencia” de robos por parte de funcionarios públicos o delincuentes, “porque el único ladrón era Trujillo”.
Las evocaciones a Trujillo son tales que hasta un nieto suyo, Ramfis Domínguez Trujillo, hijo de Angelita, defiende públicamente a su abuelo y ha expresado su aspiración a ser presidente de la República, para lo cual gestiona la formación de un partido político.
Incluso, la misma Angelita Trujillo puso a circular un libro en el país en el que defiende con vehemencia la imagen de su padre.
Comisión de la Verdad debe investigar crímenes
El año pasado, el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana informó que solicitó al presidente del país, Danilo Medina, la creación de una Comisión de la Verdad para que investigue los crímenes cometidos durante la sangrienta dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, desde 1930 hasta 1961. Luisa de Peña, directora del Museo, dijo que la Comisión debe ser “la respuesta justa del Estado ante el sufrimiento, la impunidad y las frustraciones”.