WASHINGTON.- Republicanos y demócratas intensifican su batalla por los fondos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) destinados a los beneficios migratorios del presidente de EE.UU., Barack Obama, cuya primera fase se abre dentro de seis días con las solicitudes para la Acción Diferida (DACA).
El Congreso se irá este viernes de vacaciones durante una semana, lo que deja solo cuatro días para que la Cámara de Representantes y el Senado lleguen a un acuerdo sobre el presupuesto del DHS, que agotaría su financiación el 27 de febrero.
«Los republicanos han desperdiciado tres semanas votando por un proyecto de ley que está destinado al fracaso porque el liderazgo republicano se rehúsa a poner límites a las voces más radicales y antinmigrantes de su partido», dijo a Efe el líder de los demócratas en el Senado, Harry Reid.
El líder de la minoría en la Cámara alta, que ha cerrado filas con el resto de demócratas para defender las políticas de la Casa Blanca, no entiende los motivos por los que los republicanos han impulsado una ley que tiene pocas probabilidades de salir adelante.
Los conservadores cuentan con 53 escaños en el Senado, pero necesitan 60 para que se someta a votación definitiva la legislación, que incluye una disposición adicional para bloquear las medidas migratorias de Obama.
Las acciones ejecutivas incluyen un nuevo programa para los padres de ciudadanos estadounidenses o hijos con estatus permanente y la ampliación del DACA, un plan ideado en 2012 y con el que se ha evitado la deportación de más de medio millón de jóvenes a los que se conoce como «dreamers» (soñadores).
«Causar miedo y confusión» es lo que buscan los republicanos para «desanimar» a la comunidad inmigrante, dijo en una conferencia telefónica de la Casa Blanca el congresista demócrata, Luis Gutiérrez, uno de los rostros más visibles de la lucha migratoria.
El legislador aseguró que los republicanos no van a conseguir sus objetivos porque, frente a su estrategia, demócratas y organizaciones proinmigrantes han organizando decenas de actos en todo el país para ofrecer asesoría a quienes cumplen los requisitos para acceder a los beneficios migratorios.
«La respuesta de nuestra comunidad es tenacidad, la respuesta de nuestra comunidad es valor. No están confundidos, no están desanimados, están siguiendo adelante y esta estrategia que los republicanos están utilizando en la Cámara de Representantes y en el Senado va a ser un fracaso», subrayó.
Para tratar de sacar adelante la legislación, el líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, intentó captar el voto de los senadores demócratas, defendiendo que las acciones de Obama suponen una «extralimitación» de poder y una usurpación del rol del legislativo.
Sin embargo, a principios de semana, reconoció que la ley estaba «atascada» en la Cámara alta y dijo que «el siguiente movimiento le corresponde a la Cámara de Representantes», que tiene la capacidad de presentar otro proyecto de ley que tenga más posibilidades en el Senado.
En este sentido, el presidente de la Cámara baja, el republicano John Boehner, continuó hoy con su discurso y reiteró en su rueda de prensa semanal que su bancada ya «ha hecho su trabajo» y es turno del Senado aprobar los presupuestos del DHS, atribuyéndole la responsabilidad.
«No hay disputas entre los republicanos sobre cómo financiar el DHS», insistió Boehner, dejando en manos del bloqueo demócrata un posible cierre del departamento, una situación que no descartó, en caso de que el 27 de febrero no se haya llegado a un acuerdo.
Si nadie se mueve y vence el plazo, el Departamento de Seguridad Nacional tendría que dejar sin sueldo varios días a 30.000 de sus empleados y limitar sus operaciones, que incluyen asuntos como la lucha antiterrorista, explicó el secretario del ramo, Jeh Johnson, en una entrevista en CNN.
Para evitar el cierre, otra de las posibilidades es la aprobación de un presupuesto temporal, como el que los republicanos impulsaron esta vez para el DHS en el debate presupuestario de finales de año.
Sin embargo, este escenario sería el peor posible para ambos partidos, que siguen sin ponerse de acuerdo sobre las políticas migratorias a pocos días de que comiencen las solicitudes para DACA.
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