La secretaría de Seguridad Pública del estado de Durango indicó este miércoles que 14 reos y nueve custodios es el saldo dejado por el intento de fuga ocurrido en el Centro de Reinserción Social (Cereso) número dos de Gómez Palacio
Por lo menos 23 muertos es el saldo de un intento de fuga en una cárcel de Durango. (Foto: El universal.mx)
Por lo menos 23 muertos, entre los que se encontraban nueve custodios y 14 reos, es el saldo dejado hasta este miércoles por una tentativa de fuga ocurrida en la víspera en el Centro de Reinserción Social (Cereso) número 2 de Gómez Palacio, en el estado de Durango, en el norte del país.
«Hasta este momento el saldo es de 23 muertos, de ellos 14 son reos, nueve custodios, mientras que 11 personas más se encuentran gravemente heridas», dijo a la prensa, Fernando Rosas, vocero de la secretaría de Seguridad Pública del estado de Durango, al que pertenece Gómez Palacio.
Por su parte, el titular de la secretaría, Jesús Rosso, indicó que el intento de fuga comenzó cuando los custodios encendieron la alarma al percatarse de que los reos planeaban huir del penal y poco después de eso, los detenidos comenzaron a disparar contra los guardias.
Rosso no ofreció detalles sobre el tipo de armas utilizadas por los reos para atacar a los custodios y de qué manera las obtuvieron.
Los guardias fallecidos «no tenían armas», porque «al momento de estar en contacto con los internos» no las podían utilizar, explicó.
Señaló además que solo los custodios que se encontraban en el exterior del recinto carcelario estaban autorizados para portar armas.
Ante el incidente, Rosso detalló que se evacuaron 535 reclusos que aún se encontraban en el penal.
Esta cárcel cuenta con un historial oscuro en el que se encuentra el caso de la detención de la exdirectora del lugar en 2010, tras descubrirse que autorizaba a presos pertenecientes al cártel de Los Zetas, que salieran por las noches para cometer crímenes con armas oficiales.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos ha señalado en varias ocasiones que el 60 por cieno de las cárceles de México son controladas por grupos del crimen organizado.