Investigación de corrupción en Brasil enfrenta riesgo de sabotaje
La investigación anticorrupción sin precedentes de Brasil corre el riesgo de ser saboteada por intereses políticos arraigados, advirtió su principal investigador. La investigación de Lava Jato sobre los sobornos en la petrolera estatal Petrobras hasta ahora ha resultado en cerca de 110 condenas, incluyendo la de Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente más popular en la historia reciente del país, y las condenas de personas previamente intocables como el ex presidente de la Cámara de Representantes, Eduardo Cunha y Marcelo Odebrecht, el exdirector de la compañía de construcción más grande de América Latina.
Pero a pesar de la popularidad de la investigación entre los ciudadanos brasileños, “estamos viendo la intensificación de una reacción en contra de la investigación”, aseveró Deltan Dallagnol, el fiscal federal que encabeza el movimiento anticorrupción, en una entrevista con el Financial Times.
“Nos estamos acercando a un punto crítico. A medida que la investigación se ha expandido y ha tocado al universo de los poderosos, ellos se han ido uniendo. Aunque son opositores en la esfera política, tienen un adversario común, que es Lava Jato”, agregó. “Existen diferentes actores que pueden poner en peligro a Lava Jato”.
A diferencia de las purgas anticorrupción en otros lugares, como en China, la investigación brasileña está encabezada por fiscales independientes en lugar de políticos o el partido gobernante. La mayoría de los brasileños apoyan este esfuerzo con la esperanza de que pueda poner fin a la impunidad que tradicionalmente han disfrutado las figuras ricas y poderosas en el país frente al enjuiciamiento.
Dos grandes acuerdos de culpabilidad, con Odebrecht y el gigante del sector cárnico, JBS, han implicado a más de 1,800 políticos de más de dos docenas de partidos políticos.
“La corrupción sostiene la permanencia de los corruptos en el poder, lo que a su vez genera más corrupción. Habíamos entrado en un círculo vicioso”, dijo el fiscal de 37 años de edad, educado en Harvard, desde sus hacinadas oficinas en la ciudad sureña de Curitiba, la sede de su equipo de 50 fiscales, abogados e investigadores.
“Lo han hecho durante décadas”, dijo el Sr. Dallagnol. “Si no eliminamos esa impunidad a través de Lava Jato, no podremos cambiar ese sistema”.
La supervivencia de este enorme esfuerzo depende de su popularidad entre los brasileños comunes, dijo. “El futuro depende de cuánto defenderá la sociedad esta operación. La sociedad es el gran escudo que actualmente protege a la operación”.
El Sr. Dallagnol alegó que se estaban uniendo poderosos intereses — abarcando desde la presidencia hasta el Congreso — para socavar, o hasta bloquear, la investigación. Han reducido radicalmente el personal de la policía federal a cargo de la investigación, mientras que los legisladores han votado dos veces en contra la admisibilidad de los cargos contra el presidente Michel Temer.
En octubre, los senadores se unieron para permitir que uno de sus homólogos, Aécio Neves, permaneciera en su puesto después de que salió a la luz una presunta grabación en la que el Sr. Neves estaba discutiendo sobornos con un empresario. La semana pasada, la legislatura de Río de Janeiro anuló un fallo judicial que había mandado al presidente de su Cámara de Representantes, Jorge Picciani, a la cárcel, y recientemente hubo un cambio controvertido del jefe de la policía federal.
“Cuando vemos el poder de estos grandes intereses y a los políticos uniéndose en contra de Lava Jato, lo primero que pensamos es que sólo es cuestión de tiempo antes de que puedan limitar a los investigadores, destruir las herramientas de las investigaciones y anular las condenas”, aseveró el Sr. Dallagnol, refiriéndose a la operación Lava Jato, que desde su inicio en 2014 ha detenido a más de 280 personas.
Los críticos han acusado al Sr. Dallagnol y al juez Sérgio Moro de la corte federal en Curitiba de investigar, arrestar y condenar a los acusados arbitrariamente a través de acuerdos de culpabilidad y de sacar sus propias conclusiones de sus pruebas.
El Sr. Lula da Silva, el expresidente de izquierda quien fue sentenciado a nueve años y medio de cárcel, ha criticado al Sr. Dallagnol y otros fiscales de Lava Jato como “mocosos”. Sin embargo, la última encuesta de Ipsos muestra que 94 por ciento de los brasileños creen que Lava Jato “debe continuar las investigaciones hasta el final, sin importar lo que cueste”. El Sr. Lula da Silva, quien niega los cargos, está apelando la condena
Al igual que en el caso las investigaciones de soborno en Italia, conocidas como “Mani Pulite” (manos limpias) en los años noventa — que fueron la inspiración para Lava Jato y allanaron el terreno para el auge del ex primer ministro, Silvio Berlusconi — las revelaciones de corrupción han impulsado el sentimiento antisistema de cara a las elecciones del próximo año. Esto podría ayudar a los candidatos populistas que están prometiendo un diferente sistema político.
“Esperamos que todo esto genere un movimiento en la sociedad civil, de modo que en 2018 el país pueda pasar la página”, dijo el Sr. Dallagnol, enfatizando la necesidad de implementar reformas sistémicas en un sistema político considerado por muchos como corrupto. “Si no hay renovación política, el mayor riesgo para Lava Jato vendrá después de las elecciones”.
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