Estudio de USAID-IDDI asegura que en el ramo turístico la falla más acentuada es la carencia de informaciones
Los expertos aconsejan medir bien los parámetros de calidad de los puntos de distribución de agua para consumo humano. (El Caribe )
Los sectores agua potable y turismo, dos renglones de vital importancia para la salud y la economía del país, padecen una serie de debilidades que ameritan ser atendidas.En el caso del agua, en República Dominicana se requiere establecer planes generales de manejo integrado en las macrocuencas que abastecen los acueductos principales y a acciones a microescala que involucren las poblaciones.
Las debilidades existentes han sido identificadas por vía de un estudio realizado por el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI) y The Nature Conservancy, con auspicio de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El estudio critica que una importante cantidad de poblaciones del país todavía carezcan de suministro de agua potable dentro de la vivienda. En efecto, recientemente el director del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa), Alberto Holguín, calculó que llevar agua potable a un hogar dominicano cuesta entre 2,500 y 3,000 dólares, es decir, entre 102 mil y 123 mil pesos, lo que indica que para dar cobertura completa al país se requieren entre 4,000 y 7,000 millones de dólares.
La USAID, el IDDI y The Nature Conservancy aseguran que en el sector agua, faltan medidas específicas, que incluyen el establecimiento de planes de manejo apropiados de residuos. Indican que a las medidas de planificación hay que sumar un programa de reestructuración y mejora del sistema de distribución. Las acciones suponen la identificación de las áreas prioritarias, que deberían ser aquellas de las cuales depende el servicio hídrico de zonas de alta densidad poblacional. “En el ámbito de este programa debe aumentarse el porcentaje de población que tienen acceso a agua potable en los hogares”, expone la investigación.
“Es mejor descentralizar”
Los investigadores favorecen descentralizar el sistema de distribución de agua a diferentes escalas, mediante soluciones diferenciadas en función del contexto ambiental específico y el nivel de intervención. Uno de los planteamientos del estudio apunta a que se mejore la calidad y la provisión de agua, reduciendo las pérdidas en la distribución.
“Hay que mejorar el actual sistema de captación de agua, que frecuentemente resulta afectado por eventos de precipitación abundante, causando interrupciones prolongadas del servicio a la gente”, indica el levantamiento realizado.
¿Y la industria sin chimenea?
En el sector turismo, a pesar de la relevancia que tiene en la economía de República Dominicana, una de sus debilidades acentuadas es la significativa falta de informaciones específicas, en especial sobre las ofertas turísticas locales y fuera del contexto todo incluido del turismo de sol y playa. El estudio sugiere emprender iniciativas que mejoren la base de datos de la industria turística, para contar con informaciones detalladas por lo menos a nivel municipal. De manera particular la USAID y el IDDI destacan que no se cuenta con informaciones sobre el número de habitaciones turísticas no hoteleras, como son habitaciones de segunda residencia o de villas. “Esa carencia no permite tener idea precisa sobre la real exposición de provincias donde ese tipo de hospedaje constituye la forma principal de estadía, como es el caso de Samaná. El levantamiento va más allá de lo expuesto antes, cuando indica que no se cuenta con informaciones exhaustivas sobre el número de negocios asociados a la empresa turística. La falta de ese tipo de datos representa en sí un elemento de vulnerabilidad, puesto que uno de los puntos claves, subrayado por distintas instancias, es la necesidad de impulsar la diversificación de las formas turísticas.
El estudio sugiere establecer redes territoriales entre empresas y organizaciones que operan en el sector turístico y asegura que “existe escasez de estudios de mercadeo y planificación adecuada para las pequeñas empresas, especialmente ligadas a soluciones ecoturísticas”.
La USAID y el IDDI en el informe titulado “Puntos críticos para la vulnerabilidad a la variabilidad de cambio climático en la República Dominicana”, sugieren incentivar las áreas turísticas más impactadas (Puerto Plata y La Altagracia, entre otras), y adoptar estándares de calidad para mejorar diversos puntos. Sugieren mejorar la calidad energética en las instalaciones turísticas para reducir la demanda de energía.
Tubos sin agua y agua carente de cloración
Hace varios meses el director del Inapa reveló a elCaribe que en el territorio dominicano se han invertido unos RD$10,000 millones en tuberías que nunca han tenido agua. Se trata de obras que han seguido un proceso, que han sido abandonadas y luego ha habido que comenzarlas de nuevo. El estudio auspiciado por la USAID asegura que muchos acueductos rurales se abastecen de fuentes de la montaña, pero no cuentan con cloración.
El manejo de residuos y la alerta que se requiere
Los realizadores del informe plantean la necesidad de que en las instalaciones turísticas y en las comunidades aledañas a éstos se fomente una gestión integral de residuos y que se establezcan planes de aprovechamiento de los recursos costeros-marinos en función de la capacidad de carga de los ecosistemas aprovechados. También se plantea la importancia de promover la arquitectura bioclimática.
Cuando el estudio aborda la planificación de la oferta turística, propone implementar un sistema de alerta temprana, aumentando la capacidad de previsiones climáticas, a mediano y largo plazo.
Según los resultados de la investigación, confirman la insostenibilidad del modelo turístico sol y playa como está estructurado y asegura que causa fuertes presiones sobre los recursos naturales costeros. Según el Banco Central, el sector turístico (hoteles, bares y restaurantes) creció 1.8% entre enero y junio de 2013.
El Caribe