El Ejército de Israel ha terminado los preparativos para una eventual operación terrestre en la Franja de Gaza, informó el servicio de prensa de las Fuerzas Armadas. Los hospitales de la zona empiezan a sufrir escasez de suministros médicos y se pidió a los países árabes que sigan el ejemplo de Egipto y ayuden a los palestinos.
Siete niños han muerto en Gaza. (Foto: abc.es)
Hasta ahora 28 palestinos y tres israelíes han muerto tras el inicio de la agresión contra Gaza, que cumplió este viernes su tercer día, en medio de crecientes señales sobre una inminente invasión terrestre después de que el Gobierno israelí dictara este viernes la movilización de 75 mil reservistas.
De acuerdo con la información de agencias internacionales, el ministro de Sanidad del gobierno de Hamás en Gaza, Moufid Mujalalati, aseguró que en el hospital de Shifa han muerto 24 personas, entre ellas 12 civiles: Siete niños, dos mujeres (una de ellas embarazada) y tres ancianos.
Precisaron que la Fuerza Aérea israelí llevó a cabo sólo este viernes unos 238 bombardeos en la franja de Gaza.
Según los datos ofrecidos por Mujalalati, más de 250 personas resultaron heridas desde el comienzo de la ofensiva, entre ellas 70 mujeres y niños.
El ministro afirmó que los hospitales de la franja empiezan a sufrir escasez de suministros médicos y pidió a los países árabes que sigan el ejemplo de Egipto y ayuden a los palestinos.
El primer ministro egipcio, Hisham Qandil, llegó este viernes en visita oficial a Gaza para mostrar su solidaridad con el territorio y se espera la llegada del ministro de Exteriores tunecino, Rafik Abdelsalam, este sábado.
Durante la estancia de Qandil en la franja, las dos partes tenían que haber mantenido un alto el fuego de tres horas, que ninguna de ellas respetó.
Agencias internacionales informaron que a lo largo de la jornada, el estruendo de bombas y los silbidos de los cohetes fue constante y en las calles de Gaza circulaban pocos coches, algunos más desde que cayó la noche.
Las milicias dispararon alrededor de 200 cohetes, de los cuales la mitad fueron interceptados por el sistema de defensa anti-misiles Cúpula de Hierro, según datos del Ejército israelí.
En Gaza capital, largas colas se agolpaban en las gasolineras en las que, además de repostar los coches, acudían peatones para llenar bidones con los que alimentar los generadores eléctricos.
También se veía a hombres con bombonas de butano o bolsas llenas de pan para llevar a sus casas.
Los milicianos de Hamás, habitualmente muy presentes en las calles de la franja, estaban ausentes y no se veían personas armadas.
En el hospital de Shifa, el mayor de Gaza, decenas de palestinos esperaban noticias de sus familiares o amigos heridos en los bombardeos israelíes.