Santo Domingo.- República Dominicana está entre los países de la región que excede el tiempo estimado de transición de la escuela al trabajo en los jóvenes, de acuerdo a un reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Mientras que en otros países, como México y Brasil, ese porcentaje de la población está por debajo de los cinco y siete años. En el país se tarda alrededor de ocho años y sólo Bolivia tiene una cantidad igual, indica el análisis titulado “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. La transición de los jóvenes de la escuela al mercado laboral”.
Consecuencias del retraso
De acuerdo con el informe, la búsqueda y la inserción al primer empleo de calidad requiere un tiempo razonable y cuando no se cumple con ese período esta situación crea un impacto negativo que puede traducirse en altos costos a nivel individual y social.
“Las transiciones de larga duración son poco deseables si hay factores ajenos a la voluntad del joven que le impiden la plena inserción laboral. Esto puede tener consecuencias de largo plazo que perjudican las condiciones de inserción laboral futura (menor probabilidad de empleo, salarios más bajos o peor calidad del empleo)”, refiere el informe.
Los jóvenes cuya transición es lenta o conlleva una mayor cantidad de tiempo son propensos a caer en conductas inapropiadas, asociadas a la violencia, al consumo excesivo de bebidas alcohólicas y a la inserción en pandillas, además, los lleva a tener una independencia económica a edades más avanzadas, se advierte en el estudio.
La investigación supone que cuando los jóvenes invierten mucho tiempo en ese proceso puede deberse a que muchos tardan para encontrar un empleo que vaya acorde a sus expectativas.
Establece que esto es principalmente posible en contextos en los que existen apoyos fnancieros (estatales o familiares) que permiten una búsqueda más prolongada.
Rotación entre empleos
La publicación explica, además, que el proceso de búsqueda de ese empleo implica constantes cambios y rotación de un trabajo a otro, que en la mayoría de los casos está asociado a jóvenes que, entre otras cosas, buscan ingresos más elevados y empleos de mayor calidad.
El análisis enfatiza que se debe evaluar si las duraciones cortas no responden a una necesidad económica que obliga a los jóvenes a sacrificar la calidad o la pertinencia del empleo que constituya una situación que le resulte difícil de salir, ya que, según explican, esto puede darse entre grupos de menores ingresos que cuentan con salarios más bajos y que tienen pocas expectativas de encontrar buenos empleos.
EDAD IDEAL
Aunque la Cepal y la OIT en la investigación establecen que no existe una “edad ideal” en la que la que se inicie o culmine la transición, los organismos recomiendan que el joven comience el proceso por lo menos terminada la educación básica.
Además hacen la salvedad de que en algunos casos el trabajo forma parte de los requisitos para terminar la formación secundaria.
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