De portada
La Consulta de este domingo es un gran reto para el liderazgo de Danilo Medina que podría poner en peligro su control del PLD.
Notice: Undefined variable: post in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Notice: Trying to get property 'ID' of non-object in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Por Elba García
Uno de ellos lo es Abel Martínez, quien aparentemente tiene muchas posibilidades de salir triunfante de la consulta peledeísta, siempre de acuerdo a la percepción vendida, cuyos vínculos con Leonel Fernández podrían implicar que el PLD termine servido en bandeja de plata al exgobernante o en su defecto que si no gana la misma el actual sindico de Santiago abandone esa organización para acompañar al exjefe de Estado en la boleta de la Fuerza del Pueblo como candidato vicepresidencial, lo cual debilitaría al partido morado.
Independientemente de todo lo que se pueda decir, Abel Martínez, cuya precandidatura no ofrece ningún plan programático y mucho menos ético, ha sabido aprovechar los recursos del Ayuntamiento de Santiago para vender una imagen que no tiene nada que ver con la realidad, pero lo que, sin lugar a dudas, le ha dejado mucho capital político.
Sin embargo, la imagen de disciplina y orden promovida por Abel se cae cuando se visita el ayuntamiento de Santiago, cuyas oficinas generalmente lucen abandonadas y una buena parte de los funcionarios que allí laboran son personas con un prontuario delincuencial sin que nadie se explique por qué este aspirante presidencial se apoya en estos individuos.
No son pocos los que conocen que Abel pudo llegar a la presidencia de la Cámara de Diputados durante la gestión de Fernández porque Bautista así lo recomendó ante el exmandatario, lo cual implica que hay grandes agradecimientos del sindico de Santiago con este símbolo de la corrupción en la República Dominicana y estrecho colaborador del exjefe de Estado.
El posible triunfo de Abel Martínez tiene otras aristas a tomar en cuenta, como por ejemplo, que es un aspirante presidencial que no ofrece nada nuevo y cuyo discurso no tiene las características de los candidatos con carisma y fundamentado en una formación política e intelectual que constituya una oferta realmente atractiva.
Abel Martínez es en realidad un aspirante más en el contexto del típico farandulero escenario electoral y que en consecuencia de su boca no va salir ninguna propuesta interesante, sino una repetición de lo que dicen la mayoría de los políticos tradicionales del país.
La cuestión es que la candidatura de Abel luce que compite con Margarita Cedeño, la cual también adolece de un discurso atractivo y que le pueda garantizar el triunfo al PLD, ya que ella carece de la formación intelectual para convencer a determinados sectores de la vida nacional.
Con Abel Martínez toma fuerza la tesis de muchos politiqueros dominicanos de que primero deben hacerse ricos sobre la base de la corrupción administrativo, luego asumir un discurso supuestamente ético y por ultimo presentarse como candidato presidencial.