Editorial
La Democracia Dominicana ante Serios Cuestionamientos.
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Son innumerables los daños hechos por la llamada partidocracia a un país que pudiera tener otros niveles de equidad y de desarrollo humano.
La partidocracia es la responsable no solo de la sustracción de grandes cantidades de dinero del patrimonio público, sino también de vender la idea de que la corrupción es un fenómeno natural de los conglomerados humanos, sobre todo en épocas de civilización.
Ya en la República Dominicana no queda la menor duda de que la partidocracia es una desgracia nacional y que jamás el país llegará a un estadio de bienestar y progreso nacional con la conducta que exhiben los principales actores de la vida política nacional.
La Operación Calamar, para solo citar una, refleja la podredumbre nacional, el pus que emana de la administración pública.
Naturalmente, el esfuerzo, el gran esfuerzo del Ministerio Público, debe ser cuidado para que no se repita una vez más de que se trata de una persecución política como lo proclama el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), cuyos dirigentes caen en la peor de las rediculeces cuando afirman tal cosa.
Sin embargo, debe decirse que la credibilidad ganada por el Ministerio Público se mantendrá en la medida en que inculpe a todos los que son, no sólo a todos los que están, lo cual quiere decir que en lo que respecta al financiamiento ilegal de campañas electorales debe hablar y sino debe ser investigado el propio presidente Luis Abinader.
Es bueno que se entienda que nadie en el país va a tolerar que la ley no sea igualitaria para todos y en este momento el Ministerio Público ha logrado la delación de Angel Lockuard, quien ha dicho que entregó 400 millones de pesos al actual mandatario cuando fue candidato presidencial, obviamente robado al Estado.
Podría decir alguien que Luis Abinader no sabe muy bien quién es Angel Lockuard?
Y lo mismo habría que decir del PRM, dado que es un personaje que no cuenta con una fortuna tan grande para donar 400 millones de pesos a la campaña electoral del ahora presidente de la República.
El tema está sobre la mesa y sólo el desenlace de esta película de terror en lo que respecta a repartirse el patrimonio público entre los partidos que conforman la llamada partidocracia, permitirá advertir si el país tiene reales posibilidades de superar su gran desgracia nacional.