De portada
La Doble cara y la demagogia de los partidos que dicen ser los soportes de la resquebrajada democracia dominicana.
Notice: Undefined variable: post in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Notice: Trying to get property 'ID' of non-object in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Los llamados partidos tradicionales o del sistema se han hecho expertos en ser críticos de los que suben al Gobierno, pese a que la conducta de uno y otro no tiene diferencias de fondo.
Ahora se reabre nuevamente el debate sobre el Código Penal y los legisladores de prácticamente todos los partidos políticos o por lo menos de la gran mayoría, recurren a la doble moral.
Pero de igual modo los partidos hablan del endeudamiento público, que ya compromete más de un 70 por ciento del Producto Interno Bruto, de la corrupción y de las deficiencias de los funcionarios del Gobierno, quienes han aprendido muy bien a vivir de la mentira o a por lo menos a manipular la verdad.
Sin embargo, hay una pregunta que se impone en el curso de los debates y es si los partidos de la oposición, como el de la Liberación Dominicana y la Fuerza del Pueblo, porque no tiene mucho sentido hablar de los demás por su degradación y compromiso con lo peor, tienen moral para criticar a nadie.
La verdad que los peledeístas y los leonelistas no tienen la menor idea, según lo que se puede apreciar, para darse cuenta que ellos no son los más autorizados para cuestionar la conducta de los que están ahora en el poder, pese a que las criticas sean lo suficientemente legitimas.
La demagogia y la doble moral de los partidos sólo podrán ser contenidas por el despertar del ciudadano con su rechazo electoral de los ¨¨vividores¨¨ que están enquistados en las diferentes instancias públicas para aprovecharse y repartirse los dineros del erario nacional.
En los actuales momentos la falta de credibilidad de los partidos, grandes y pequeños, deja a la sociedad dominicana en un limbo político y ético, porque todas estas organizaciones ya no hay forma de sacarlas de sus andanzas porque han creado unos intereses que forman parte de sus ADN.
Todo ello se puede afirmar a partir de lo que es la conducta de los que ahora tienen el turno de dirigir los destinos nacionales, los cuales poco les importa que la gente piense lo que quiera, por lo que se podría afirmar que en la República Dominicana habrá que pensar en la escogencia de otro camino para mejorar la democracia y en consecuencia la sociedad.
El empoderamiento ciudadano indicará en los próximos años si el pueblo dominicano ha madurado lo suficiente para ver las bellaquerías de la clase política nacional, la cual sólo se interesa por la acumulación originaria y la corrupción generalizada pública y privada.