La doble moral, una virtud en una sociedad sin valores.

Por José Cabral

El giro dado por la República Dominicana ha provocado que reine una gran confusión.

Las cosas han llegado a un nivel que nunca se sabe cuándo se está frente  a una persona realmente seria y creíble.

Es lamentable que haya que caer en una generalización que no es buena, porque siempre se ha creído que los malos dominicanos son  unos pocos.

Pero en la medida en que uno se adentra en la vida social descubre que generalmente la gente actúa en contradicción con las posiciones públicas que asume.

Muchas veces o generalmente las criticas están determinadas por los vínculos que se tenga con lo mal hecho o con el protagonista de lo que se busca criticar.

La conducta social y ético-moral ya se ha vuelto muy compleja y confusa  porque las mismas están determinadas por  la forma en que nos impactan las acciones públicas o privadas.

Este comportamiento es propio también del periodismo en cuyo oficio se asume que el que se acoge a la ética parte siempre de la objetividad y luego de  lo bueno o malo de cualquier medida o conducta pública o privada.

Ahí se vuelve  a la afirmación hecha en el principio de este artículo, porque hay incluso personas supuestamente muy rectas, pero cuando tienen que emitir una opinión sobre la conducta de un amigo o allegado comercial las cosas se vuelven contrarias a la supuesta seriedad de esa persona o profesional.

Es un problema que podría decirse muy complejo, porque se entiende que lo que está mal nadie puede negarlo, sobre todo el que siempre está dispuesto y tiene como principio criticar aquellas cosas o personas sin importar la relación existente con  quien emite su punto de vista sobre la acción tomada.

Este problema toma mucho cuerpo en la República Dominicana, donde los amigos siempre tienen lógicas y mucha razón en lo que dicen o hacen, lo cual  se vuelve mucho más grave cuando la relación aparte de personal es también económica.

Esta forma de ver las cosas en la República Dominicana le hace mucho daño al país, porque si la aceptación o rechazo de cualquier conducta  es en función de la relación afectiva o de desprecio hacia   quién tiene un éxito o  comete un  error o  violación a la ley, entonces habría que decir o repetir y qué va a pasar con los valores morales, democráticos y sociales, los cuales deben estar fundamentados en un espíritu crítico y de rechazo a lo mal hecho, así como de aplaudir las conductas positivas o rechazar las  negativas   que impactan de buena o mala manera a la sociedad. 

Ya veremos!!.