La encrucijada de Danilo Medina ante el Leonelismo desafiante en el gobierno

Tarde o temprano, el  presidente Danilo Medina deberá desmentirse a sí mismo en cuanto a sus promesas de transparencia pública respecto a la administración que dirige o chocar con el pesado tren que conduce Leonel Fernández desde la oscuridad.

Medina deberá demostrar en los hechos sus intenciones de ejercer una administración realmente seria y honesta.

O entregarse a la corrupción leonelista y sus realidades caracterizadas por el cinismo, la corrupción, el tráfico de influencia y la permisibilidad del delito, el cohecho y la complicidad con el crimen organizado.

Medina está sometido a una gran presión debido a la preeminencia del gabinete  leonelista que quedó en el gobierno mediante a acuerdos de “gobernabilidad cuyos  términos  se desconocen.

De aceptar la realidad que se le impone, Medina deberá admitir que  se halla bajo la influencia del funesto borrón y cuenta nueva.

Lo contrario sería colisionar con el personaje más influente del peledeísmo, Leonel Fernández quien, en base a la utilización de los bienes del Estado, ha construido un muro protector a nivel de justicia y de otras instituciones sistémicas.

Para zafarse Danilo Medina de esa coyunda que lo envuelve y que limita su trabajo es cierto que no hay que esperar que se produzca de la noche a la mañana.

Pero también es cierto que la impopularidad de algunos de los funcionarios que el  pueblo y la documentación disponible señalan como corruptos le resta espacio y credibilidad a la nueva gestión peledeísta, ahora maquillada.

Hay quienes defienden la idea de dejar a estos funcionarios de la anterior administración porque la nueva de Medina no podía desmontar el Estado.

Pero otros sostienen que esa condescendencia perjudica seriamente a Medina y castra sus intenciones de hacer avanzar sus proyectos de gobierno.

El porvenir habrá de decidir qué va a pasar!