El proyecto contemplaría 12 unidades en la zona fronteriza
SANTO DOMINGO. Como una iniciativa válida que debe discutirse minuciosamente a nivel oficial, fue calificada ayer por el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en el país, Iván Ogando, la propuesta de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, de implementar un programa de protección de la zona fronteriza.
A su juicio, los detalles para la implementación de dicho plan deben establecer claramente las atribuciones y responsabilidades de cada Estado, a fin de prevenir potenciales conflictos.
“Sería un gran avance lograr un compromiso de mutuo acuerdo entre los dos estados que permita reducir en todo lo posible el tráfico de drogas, el cual puede impedir el desarrollo y fortalecimiento de las instituciones democráticas, tanto locales como nacionales, a ambos lados de la frontera”, aseguró.
Sostuvo que con un sistema de vigilancia permanente también se minimizarían otras actividades del crimen organizado como es el contrabando de mercancías y el tráfico de personas, que también implican costos significativos. Enfatizó que una vez definido los detalles del programa de protección de la frontera se podría aplicar de manera positiva para ambas naciones. En la protección de la frontera participarían los ministerios de Defensa y Público, Migración, Inteligencia, entre otros.
El proyecto contempla la instalación de doce unidades, 6 en la República Dominicana y 6 en Haití, según explicó Amado Philip de Andrés, representante regional de la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Cada unidad tendría un promedio de 35 uniformados y conllevaría un promedio de 6 a 7 meses establecerlo.
Como parte del programa el personal sería capacitado en derechos humanos, en asegurar las evidencias, traspasar las evidencias al Ministerio Público, en cómo intercambiar la información con las unidades de Haití, e identificar problemas como entrada de terroristas, entre otros.
Según Amado Philip de Andrés, ese organismo está preocupado por la salida de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), lo que podría provocar un incremento del narcotráfico y el crimen organizado por la vía fronteriza.
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