Opinión
La Irracionalidad del PRM
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Por José Cabral
Sin embargo, a pesar de que resulta saludable someter al escrutinio público a los que buscan ser electos en cargos estatales, por lo que tiene sentido que las generales de los aspirantes hayan sido enviadas a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), a la Procuraduría General de la República Dominicana (PGR), al Defensor del Pueblo, pero no a instituciones como la embajada de los Estados Unidos , Participación Ciudadana y a la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS).
Ello así porque las dos últimas son instituciones de carácter no estatal y de alguna manera el PRM rompe con el principio constitucional de igualdad y de privacidad, es decir, que si las hace llegar, por ejemplo, a Participación Ciudadana, también debería hacer lo mismo con todas aquellas organizaciones privadas que existen en el país, sobre todo porque los partidos políticos son figuras del derecho público, no sólo del privado, lo cual los convierte en sujetos obligados.
Igualmente debe decirse que si se envían las generales de estos aspirantes a la embajada de los Estados Unidos, lo propio debe ocurrir con todas aquellas misiones diplomáticas establecidas en el país, porque una no puede estar por encima de las demás, ya que todas deben recibir un trato igualitario.
De manera, que el PRM debió limitar su decisión de someter a sus aspirantes al escrutinio público a aquellas instituciones de carácter estatal, como la Procuraduría General de la República, la DNCD, el Defensor del Pueblo, entre otros, sin que su búsqueda de transparencia no trascienda el ámbito de los órganos o entes del sector oficial, ya que incluso cualquier decisión al respecto con efecto jurídico se circunscribe a la jurisdicción nacional.
Luce como una irracionalidad más del PRM someter al examen y valoración de organizaciones privadas y la representación diplomática en el país de los Estados Unidos, porque en realidad es un asunto que se debe hacer con todas o con ninguna, aunque de cualquier modo es como permitir que un Estado que no tiene nada que ver con el dominicano dé su visto bueno a un aspirante a un cargo electivo de una nación soberana.
Es un contrasentido del PRM involucrar en un asunto de carácter estrictamente nacional a autoridades de otro país, lo cual representa una exageración y que no guarda relación con la independencia que tanto se proclama en la República Dominicana.
La confusión y la falta de racionalidad del PRM obedece a que ahora tiene un exceso de prevención ante el hecho de que muchos de sus candidatos y de los que fueron electos tienen vínculos con el bajo mundo y con otros intereses que dañan la nación.
Pero de ahí a querer excederse con una aparente transparencia, que más que solucionar el asunto, porque muchas veces esos vínculos se producen después del aspirante resultar electo, cae en el campo de la irracionalidad que no proyecta muy bien a un partido que tiene el control del Estado.
Estos errores no cesan en el PRM en razón de que no existe en el mismo un pensamiento estratégico y lógico que impida la comisión de los mismos, como el ocurrido ahora.
Dice una famosa expresión que no todo lo que brilla es oro y si el PRM con esa irracionalidad cree que se vuelve gracioso, pues es bueno que sepa que es todo lo contrario.
La verdad que no se le puede pedir peras al olmo, como muy bien reza una expresión popular.