De portada
La izquierda ha sabido sumarse a la derecha, pero no de crear una oferta electoral propia.
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Por Elba García
No aparece que el cuadro vaya a ser diferente durante la próxima contienda electoral a celebrarse en el año 2024, ya que los partidos de la izquierda hasta el momento no han podido articular una propuesta potable que permita que se produzca una confrontación entre ambas corrientes.
En los actuales momentos se desarrollan esfuerzos para promover la unidad de los partidos de la izquierda, pero luce, como en ocasiones anteriores, que los resultados no serán los mejores por la apatía que se observa en algunas organizaciones, sobre todo las que han tenido mayor penetración en el seno de la población votante, lo cual no augura un buen porvenir al respecto.
El empeño en este asunto no se detiene, pero el tiempo es un enemigo fundamental entre los que persiguen este propósito, porque la búsqueda de la unidad se vuelve traumátizante por el espíritu divisionista de los que dirigen los partidos políticos del llamado progresismo.
El problema de esta corriente política estriba en que la capacidad y metodología de trabajo no luce que sea la mejor, lo cual impide que conecte con los amplios sectores nacionales que están muy resentidos con los grupos económicos y los partidos políticos tradicionales que no cuentan con una agenda de mejorar la distribución de una forma más equitativa de las riquezas nacionales.
De igual modo, la herencia histórico-cultural del pueblo dominicano es otro escollo para superar el sentido de propiedad que se observa en prácticamente todos los dirigentes de los partidos políticos, quienes no ceden de un ápice de la mucha o poca fortaleza de la organización que controlan.
Es decir, que son numerosas las causas que obstaculizan el desarrollo de la idea de unidad que se promueve en el seno de la izquierda nacional, lo cual aleja la posibilidad de que en el país pueda surgir una propuesta con vocación de poder en esta corriente.
Es muy común y corriente que los partidos de la izquierda sirvan de bisagra a la derecha para mantener el control del Estado y de esa manera promover la acumulación originaria de las organizaciones de derecha y el aumento de las fortunas de los grupos económicos del país.