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JCE elimina absurdo con actas de nacimientos, pero el órgano impone otro con sueldos lujosos a suplentes.
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Por Elba García
La Junta Central Electoral (JCE) ha tomado una decisión en razón de que era totalmente absurdo que una acta de nacimiento expedida por este mismo órgano tenia que ser legalizada en él mismo, lo cual no tenía explicación lógica desde ningún punto de vista.
Siempre hubo la pregunta de a quién se le había ocurrido semejante disparate, pero en los países en vía de desarrollo como la República Dominicana hay que recurrir a este tipo de burocratismo y penalización económica del ciudadano para alimentar una burocracia oficial definitivamente muy parasitaria y que su principal propósito es generar recursos económicos para cubrir todas las distorsiones que se producen en el Estado.
Todavía falta eliminar otros disparates con las actas de nacimientos en lo que se refiere a su vencimiento, porque los datos contenidos en ellas no cambian nunca, ya que el que tiene unos padres, éstos siempre serán los mismos, como lo será el lugar donde han nacido los beneficiarios de ese documento.
Pero así como pasa con las actas de nacimientos y otros documentos del registro civil, en la República Dominicana hay que eliminar todas esas distorsiones y contrasentidos que están asentados en la administración pública sólo con el propósito de generar unos recursos económicos que generalmente son usados para cubrir gastos innecesarios e ilógicos.
Las suplencias hablan a través del propio término, ya que ésta no tiene otra función que sustituir al titular en caso de ausencia por cualquier razón, ya sea de forma permanente o temporal, durante cuyo tiempo y en función de la labor que desempeña debe ser compensado.
Sin embargo, no tiene lógica que ahora en tiempo de crisis económica se tome una medida de ese tipo, porque la pandemia ha traído consigo una serie de precariedades que en vez de decisiones tan desacertadas que aumentan los gastos de las instituciones públicas, debían disminuirse para poder sobrellevar la delicada situación que vive, no sólo la Republica Dominicana, sino todo el mundo.
Ahora resulta que si bien el órgano comicial ha tomado una decisión acertada, también se ha inclinado por otra desacertada, que ratifica una tendencia en el sector público de aumentar los gastos innecesarios, lo cual queda claro con la asignación de sueldos realmente lujosos a gentes que han sido escogidas para suplir la falta del titular.
En este caso se impone la expresión popular que dice que desbaratan con los pies lo que hicieron con las manos, ya que no tiene ninguna explicación convincente el pago de un sueldo a alguien que ha sido elegido para sustituir al que no ha muerto ni está enfermo, ya que de ser así sí tiene sentido que devengue el mismo sueldo del titular ausente y que disfrute de los beneficios de éste.
Es plausible la disposición en torno a la corrección del contrasentido de la legalización de las actas de nacimientos, pero preocupa que entonces se imponga otro con una medida que será cuestionada durante mucho tiempo y tal vez se convierta en una razón para descalificar a la actual Junta Central Electoral.