Elba Esther Gordillo/ EFE
MÉXICO, Distrito Federal, (EFE).- Elba Esther Gordillo inició su carrera como maestra de escuela y se volvió uno de los operadores políticos más ostentosos de México, mostrando su opulencia abiertamente, tanto en su ropa y bolsas de diseñador, como en sus propiedades.
Durante años, la líder sindical de 68 años de edad repelió ataques de disidentes, adversarios políticos y periodistas que la han visto como un símbolo de la corrupta política mexicana del viejo estilo.
Sus adversarios la acusaron desde hace mucho tiempo de corrupción, malversación de fondos sindicales e incluso de un asesinato, pero las fiscalías nunca presentaron un cargo en su contra, hasta el martes, cuando fue arrestada y acusada de defraudar 160 millones de dólares de fondos sindicales para pagar de todo, desde una casa en San Diego, hasta cirugías plásticas y facturas de sus compras en el centro comercial de lujo Neiman Marcus.
Gordillo fue detenida a su llegada al aeropuerto de Toluca, cerca de la ciudad de México, en vuelo privado desde San Diego.
Inicios
Nacida en el empobrecido estado de Chiapas, en el sur de México, Gordillo tenía apenas 15 años de edad cuando se unió al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que luego llegó a ser considerado un tipo de ejército electoral para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual gobernó México durante 71 años.
Ella siguió el camino de la mayoría de los políticos mexicanos: escalando a través de una serie de cargos sindicales, de partido y en el gobierno. Fue senadora federal por el PRI y también tuvo un escaño en la cámara baja.
Carrera política
Cuando una huelga de maestros disidentes llevó al entonces presidente Carlos Salinas a despedir al entonces líder del sindicato de maestros en 1989, Gordillo recibió el cargo. Entonces era vista ampliamente como una reformadora.
El puesto sindical la convirtió en una de las figuras más poderosas del PRI en un momento en que las reformas democráticas estaban comenzando a erosionar el control de poder ejercido por el partido, así como su subordinación incondicional al presidente de México.
Aun antes de que el PRI perdiera la elección presidencial de 2000 ante el candidato del Partido Acción Nacional Vicente Fox, Gordillo comenzó a cambiar sus apuestas. Ella fue la fuerza que impulsó la creación del Partido Nueva Alianza, el cual se basó en miembros del sindicato de maestros y fue alguna vez dirigido por una de sus hijas.
Gordillo participó en un grupo de discusión de alto nivel que contó con activistas sociales prominentes y adversarios del gobierno, Fox incluido. Su amistad con Fox enfureció a algunos directivos del PRI, quienes lograron evitar que se convirtiera en líder del partido en 2005. Fue expulsada del PRI un año después por apoyar a candidatos de otros partidos y por fundar Nueva Alianza.
El partido, junto con la amplitud del sindicato de maestros, le dieron a Gordillo un apalancamiento especial.
Debido a que es lo suficientemente grande para llevar votos de un partido grande a otro, los adversarios han negociado a cambio de recibir su respaldo. Su apoyo fue considerado crucial para dar la presidencia tanto a Fox como a Felipe Calderón, así como para bloquear a su adversario Andrés Manuel López Obrador, impidiéndole llegar a cargo público más importante de México.
Críticas
Sus críticos la acusaron de acumular más de una decena de propiedades con valor de millones de dólares. El diario Reforma publicó en una ocasión un reportaje en el que analizó uno de sus atuendos, señalando que portaba un bolso de 5,500 dólares y zapatos de 1,200 dólares.
Ella ha admitido algo de su riqueza, pero diciendo que parte fue heredada y que otra parte la ganó a través de su trabajo, con un salario de unos 80,000 pesos (6,000 dólares) mensuales.