Imagen que muestra la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Haití hoy, martes 11 de abril de 2017, en Nueva York.
Naciones Unidas.-La ONU considera que Haití está listo y que ha llegado el momento de retirar del país a sus «cascos azules» tras 13 años, un plan que ayer recibió el respaldo generalizado de los miembros del Consejo de Seguridad.
Los quince países tienen previsto aprobar este jueves una resolución que prorrogará por un periodo final de seis meses la misión de Naciones Unidas en Haití, conocida por las siglas de Minustah y que se cerrará el próximo octubre.
«El progreso logrado durante los últimos 13 años en la estabilización de Haití es notable. Por eso es oportuno remodelar la cooperación entre la comunidad internacional, Naciones Unidas y Haití con vistas a asegurar la sostenibilidad de este progreso», defendió hoy ante el Consejo la enviada especial de la ONU para el país, Sandra Honoré.
La salida de los «cascos azules» cuenta con el apoyo del nuevo presidente haitiano, Jovenel Moïse, y del resto de Estados miembros.
La ONU utilizará los próximos meses para reducir progresivamente su presencia hasta completar una retirada total del personal militar desplegado en el país caribeño.
Actualmente, la Minustah cuenta con unos 2.370 «cascos azules» y con unos 2.600 policías sobre el terreno.
El plan de la ONU pasa por sustituir esa presencia con una nueva operación mucho más reducida, sin militares y con sólo 295 policías.
La nueva misión, que tendrá un nombre diferente, se centrará en apoyar a la policía haitiana, promover el Estado de derecho y vigilar el respeto de los derechos humanos.
En una entrevista con Efe, Honoré defendió que las fuerzas de seguridad haitianas han demostrado una «creciente profesionalización» y un mejor trabajo durante los últimos años.
«Creemos que Haití está realmente preparado para el cambio», dijo la diplomática, que consideró que el país está en «un punto de inflexión».
«Creo que las autoridades, el gobierno, la sociedad civil, la gente… están preparados y quieren avanzar, trabajar colaborando para establecer un marco de desarrollo socioeconómico, que es lo que el pueblo del país necesita y ha demandado», insistió.
El cierre de la Minustah, según Honoré, no significa ni mucho menos que la ONU vaya a desaparecer de Haití, pues continuará allí con la nueva misión y seguirá trabajando en el país a través de sus numerosas agencias y fondos presentes sobre el terreno.
El mensaje de Honoré fue hoy respaldado por los miembros del Consejo de Seguridad, que ven el fin de la Minustah como una noticia positiva y como una prueba de los progresos de Haití.
«Vemos la transformación de la misión en Haití, incluida la retirada militar, como un gran ejemplo de cómo las operaciones de mantenimiento de la paz pueden y deben cambiar a medida que la situación política en el país cambia», defendió la embajadora de EE.UU., Nikki Haley, que este mes preside el Consejo de Seguridad.
Los quince países están negociando actualmente la resolución que pretenden aprobar este jueves para respaldar las propuestas del secretario general, António Guterres.
Rusia, según dijo hoy a los periodistas un representante, tiene ciertas reservas con el lenguaje propuesto, aunque está de acuerdo en la estrategia de fondo y confía en que esta semana se apruebe la resolución.
La presencia de la ONU en Haití ha estado marcada en los últimos años por la polémica, después de que en 2010 un vertido de residuos fecales a un río por parte de «cascos azules» nepalíes iniciase el brote de cólera que todavía hoy afecta al país.
Se calcula que la epidemia ha afectado a cerca de 800.000 personas y que se ha cobrado más de 9.000 vidas.
Tras años defendiéndose, Naciones Unidas finalmente reconoció oficialmente su responsabilidad el pasado año y anunció una nueva estrategia para ayudar al país a superar el cólera.
La organización calcula que necesita unos 400 millones de dólares en los próximos dos años para poder ejecutar su plan y, por ahora, se ha encontrado con muchas dificultades para obtener fondos de los Estados miembros.
En su entrevista con Efe, Honoré dijo que es optimista y confía en que los países respondan a los llamamientos de Guterres para dar a Haití el apoyo que necesita.
Además, subrayó que el cierre de la Minustah no puede interpretarse en absoluto como que la ONU se va de Haití sin resolver el problema del cólera, pues la organización y sus agencias seguirán trabajando allí y haciendo todo lo posible para responder a la crisis.