Opinión
La Plaza de la Bandera, escenario hermoso en la actual conyuntura político-electoral
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Por José Cabral
Y era normal que así fuera, en razón de que lo que más sobresalía eran los grandes problemas sociales que afectan a la sociedad dominicana.
Consumo de drogas, narcotráfico y jóvenes víctimas de la exclusión social, cuyos ídolos son los que lideraban el microtráfico en su comunidad.
Considerábamos que eran jóvenes que no tenían otras opciones que las drogas o la delincuencia con o sin violencia, por lo que se le llegó a calificar como una generación perdida.
Una pregunta que siempre salió a la superficie era que pasaría con el país cuando en varias décadas se vayan los ahora viejos nacidos en los cincuenta, los sesenta, los setenta y los ochenta.
Eran muchas las preocupaciones con la juventud de hoy, pero parece que se desarrollaba un tsunami subterráneo que ha salido a la superficie precisamente cuando se da un golpe mortal a los derechos fundamentales y en consecuencia a la Constituciٕón de la República.
Entonces surge lo que parece ser un milagro, lo que muy pocos sociólogos y psicólogos podían adivinar y es la reacción de la juventud dormida, los de la generación perdida, cuyo comportamiento ha sido protagónico en un momento trascendental para la democracia dominicana.
Esa juventud despertó inesperadamente cuando se produce un gran terremoto acompañado de un tsunami que fue la suspensión de las elecciones municipales, que podrían llevarse de paro la democracia, entonces aparecen ellos que dejan en un segundo plano los análisis sobre el impacto de los hijos en adolescentes y otros fenómenos que marcan la historia presente de la República Dominicana.
Definitivamente es hermoso lo que ocurre en un escenario como la Plaza de la Bandera, donde los protagonistas son los que se pensaba que no existían, que su vida no pasaba de inhalar hookah, consumir drogas y distraerse con lo banal, lo intrascendente.
Es un escenario que revela la multiplicidad de la procedencia de los jóvenes que allí se concentran, que va desde la clase media hasta media baja y baja baja de la pirámide social.
Un nuevo amanecer se aproxima en la República Dominicana, porque la generación perdida ha despertado y ha salido en defensa de una democracia que ha naufragado en la deficiencia, la corrupción y la impunidad.
Juventud digno tesoro el futuro te pertenece y tu patria necesitaba de tu auxilio para evitar que la misma muera por inanición.
Hermoso ejemplo en el momento oportuno.