Dominicanos lucen atrapados en circulo vicioso de corrupción de los partidos políticos, grandes y pequeños

La presentación de las candidaturas municipales ha proyectado la idea de la incapacidad que caracteriza a la oposición, principalmente al Partido Revolucionario Moderno(PRM), el cual luce en una evidente desventaja de cara a las elecciones de febrero del 2020.

Fue tan grande el desorden que predominó en la presentación de las propuestas del PRM que en muchos lugares nisiquiera pudo personalizar la alianza que ha hecho con una serie de organizaciones políticas, algunas de las cuales, por no decir todas, fueran despojadas de candidaturas que ha dejado un mal sabor en sus aliados, como en contiendas anteriores.

A partir de esa realidad y desde antes existe la convicción en muchos de sus aliados que  el PRM no está realmente en capacidad de tomar la rienda del Estado, a menos que no sea para darle continuación a la corrupción y al caos que caracteriza al actual gobierno.

No se ve ni en la más mínima propuesta del principal partido de la oposición  darle solución a los problemas que hoy  aquejan a la sociedad, porque la presentación de las candidaturas municipales no ha dejado dudas de que el PRM es un verdadero desorden y que no muestra la más mínima capacidad para enfrentar los males que aquejan a la sociedad dominicana.

E incluso muchos de los personajes que tienen responsabilidad muy serias en el PRM no parecen responder al tipo de dirigente que podría cambiar la realidad nacional y ello se confirma con casos muy específicos de manejos equivocados y deshonestos para por lo menos cumplir  sus compromisos con sus aliados.

Hay municipios donde el PRM tiene un control secundario en virtud de que dejó que la presentación de las candidaturas fuera una responsabilidad de partidos como el Reformista Social Cristiano (PRSC), donde el principal de la oposición apenas cuenta con un par de regidores, no porque ese fuera el acuerdo, sino porque no estaba en capacidad de armar una boleta sobre la base de lo previamente acordado con sus aliados.

Nadie puede poner en duda que frente a las elecciones municipales el PRM luce mucho más débil que el PLD, ya que si se hiciera una evaluación municipio por municipio se puede llegar fácilmente a la conclusión de que el principal partido de la oposición no tiene candidaturas  bien posicionadas, por los menos en aquellos lugares que están en la actualidad bajo el control del partido de Gobierno.

Sin embargo, se debe reconocer que la candidatura presidencial de Luis Abinader está muy bien posicionada, no porque sea buena, sino porque no hay forma de que PLD pueda quedarse en el poder, dado que cuenta con un candidato muy malo y cuestionado y además porque la gente luce cansada con un modelo de gobierno que se caracteriza más que nada por  la corrupción.

Pero la población votante no cree que este flagelo vaya, sino a desaparecer, por lo menos a disminuir en un gobierno de la oposición, encabezado por el PRM, porque su nivel de desorganización y la poca seriedad con que se maneja con sus aliados no augura otra cosa.

En virtud de esta realidad, el pueblo dominicano no se puede crear expectativa de que sus grandes problemas nacionales vayan a ser resueltos en los años por venir, ya que con la conducta del PRM se confirma que ésta  es parte de una cultura que para erradicarla habrá que construir una nueva sociedad.

De cualquier modo, la pelea electoral está echada entre dos iguales en términos de conducta y comportamiento, lo cual explica que está muy lejos que el Estado pueda ser un instrumento para resolver los graves problemas que se observan a nivel de la seguridad ciudadana, la salud, la educación y el sistema de justicia.