Editorial
Las Encuestas y su Verdad en Función del Mejor Postor.
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Entonces, en el campo de las mediciones científicas de la simpatía electoral las compañías encuestadoras logran recibir grandes cantidades de dinero muchas por proyectar una falsa verdad.
Millones de dólares por decir su verdad, pero también la mentira pura y simple, lo cual va a depender de las circunstancias y de que tanto dinero esté de por medio.
En el país ya llegó el momento de que el dominicano saturado de mentira, despierte, ya que la mayoría de los resultados que se publican son inventados o como mínimo manipulados para decir lo que no representa la verdad.
Esta es la razón por la que candidatos que no lo conoce nadie y que no representan realmente nada utilizan el dinero para vender una idea que muchas veces solo está en su mente.
Y, naturalmente, las encuestas, como instrumento científico para medir la tendencia de la gente por un partido o un producto comercial, son utilizadas para cambiar la voluntad de la población cuando de emitir su voto se trata.
Pero en una sociedad donde todo se rige por la mercancía llamada dinero, generalmente y sólo por eso, las encuestas se convierten en un instrumento para mentirle a la gente y volcar su verdadera voluntad hacia una causa que ha sido creada o inventada, muchas veces sin ningún soporte.
Por esta razón, los dominicanos deben seguir con mucho cuidado los resultados de las encuestas para no aceptar lo inaceptable, el manejo de la conciencia sobre la base de la mentira y cambiar el verdadero sentir de la gente.
Tal vez no sea mucho lo que se puede hacer porque las organizaciones políticas que conforman la llamada partidocracia tienen muchos recursos para que las cosas sean de ese modo, ya que son las que mantienen mayor vínculo con intereses espurios y del bajo mundo y en consecuencia son los que están más dispuestas a apoyarse en la manipulación y la mentira y cuentan con la plata para hacerlo.
Sólo basta partir del hecho de que el dinero público no le duele a nadie y que además representa una forma de darle soporte a aquellos que aportan para que continúe lo mal hecho y, sin lugar a dudas, la partidocracia, la cual tiene el control del Estado y en tal virtud no resulta tan fácil para el votante escapar a la manipulación, la mentira y la tergiversación del verdadero sentimiento e inclinación por una determinada propuesta política, sin que sea incitado a ello por los intereses que se mueven en las mediciones de intención de voto.