Las políticas públicas del presente Gobierno parecen estar dirigidas a una discriminación en contra de la mujer.

Desde hace algunos meses que la sociedad dominicana ha tenido que soportar la actitud discriminatoria y de persecución en contra de la mujer de la mayoría que conforma el Congreso Nacional, es decir, diputados y senadores.

El primer debate que involucró al denominado sexo débil fueron las tres causales, cuyo rechazo de los diputados y senadores ha sido recurrente a pesar de que ya esto es un logro de las mujeres del continente y del mundo.

Esta lucha de la mujer dominicana ha recibido un rechazo abierto y sin ninguna reserva de la mayoría de los legisladores, quienes sí han tenido especial interés de justificar y legalizar la violación sexual cuando se produce entre una pareja de esposos, lo cual también es otro elemento de su actitud discriminatoria.

La cuestión es que cuando se revisa el nuevo Código Penal hay una especie de ensañamiento en contra de la mujer dominicana, porque incluso hasta el matrimonio infantil fue motivo de muchos debates por los contras sentidos planteados por diputados y senadores.

Es como si el Gobierno buscara poner al Estado en contra de la mujer, parecido a lo que ocurre en Afganistán, en cuyo país ésta no tiene derecho absolutamente a nada, ni siquiera a educarse, una realidad que todo indica que se quiere extrapolar a la República Dominicana por los diputados y senadores, principalmente del PRM.

Aunque parezca una exageración todo indica que hay una predisposición a no favorecer los intereses del ser más desprendido que ocupa el planeta, cuya abnegación y entrega no permita ningún nivel de discusión.

Después de los absurdos planteados en el Congreso Nacional en contra de los intereses de la mujer luego surge otro tremendismo del jefe de la Policía Nacional, Alberto Then, de que los hijos de madres solteras no tendrán cabida en el cuerpo del orden.

Esta declaración del director de la institución del orden se produce en momentos en que en el país se hacen esfuerzos por reformar la Policía Nacional, cuyas criticas lo han hecho rectificar el error cometido.

Lo que todo ciudadano pensante se pregunta de dónde le salió al jefe policial semejante declaración, la cual no deja ninguna duda de que se trata de una intención profundamente fundamentalista y netamente talibana.

Aunque el jefe policial luego rectificó lo dicho, pero sus intenciones discriminatorias han quedado lo suficientemente claras, lo cual lo desautoriza para estar al frente de la Policía Nacional en momentos en que se habla de cambios en esa institución.

Siempre este periódico ha sostenido que por una u otra razón el presente Gobierno se caracteriza por la torpeza de sus funcionarios y ahí hay un ejemplo para medir si la afirmación al respecto es desacertada.

Lo penoso de esta declaración del jefe policial es que parece que él no sabe que la República Dominicana está llena, tal vez con un por ciento tan alto que podría considerarse inconcebible, de familias monoparentales, en las que la madre hace la doble función.

De manera, que semejante disparate no podía recibir otra respuesta que un rechazo total, amén de que también de que se trata de un gesto discriminatoria en contra de la mujer dominicana que violenta el principio de igualdad que está consignado en la Constitución de la República.

Con esa desacertada declaración del jefe de la Policía Nacional se puso al margen de la ley de leyes de la República Dominicana y en consecuencia no debía seguir en la posición que ocupa y el presidente Luis Abinader debió ya deponerlo del cargo.