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BARCELONA. El gobierno regional de Cataluña sopesó el miércoles una fecha para declarar su independencia de España, y algunos legisladores indicaron que sucedería el lunes. Por su parte, las acciones españolas sufrieron un desplome mientras el país lidia con su crisis nacional más grave en varias décadas.
El presidente catalán Carles Puigdemont exhortó nuevamente al gobierno a aceptar la mediación en el estancamiento político entre las autoridades españolas y los líderes de la rica región nororiental de unos 7,5 millones de habitantes.
La añeja tensión alcanzó el domingo su punto más álgido cuando la policía utilizó la fuerza para dispersar a los votantes de un referendo sobre el cual el Tribunal Constitucional de España había ordenado que se aplazara mientras valoraba su legitimidad.
Políticos en otras partes del país y un puñado de grupos civiles se han ofrecido para intentar mediar las divisiones entre ambas partes, pero el presidente Mariano Rajoy dijo que no puede establecerse un diálogo al margen de la constitución nacional, que no incluye cláusulas para la secesión de una región.
“El presidente Puigdemont hace tiempo que vive fuera de la ley y la cordura”, dijo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en respuesta a las declaraciones televisadas del líder catalán la tarde del miércoles.
Líderes europeos han tomado partido con España y, ante los temores de que el intento separatista de Cataluña sea emulado en otras partes del continente, la Unión Europea se ha negado hasta el momento a involucrarse en la disputa.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, recalcó el miércoles la necesidad de un diálogo entre España y los líderes catalanes, pero dijo que existe un “consenso general de que el gobierno regional de Cataluña ha elegido ignorar la ley al momento de organizar el referendo”.
Puigdemont hablará el lunes ante el parlamento regional para revisar la polémica votación, una sesión en la que sus seguidores parlamentarios en el grupo radical CUP afirman que sopesarán la declaración de independencia.
“Hemos hecho un referéndum en medio de un océano de dificultades y de una represión sin precedentes; y estoy seguro que en los próximos días volveremos a enseñar la mejor cara de nuestro país cuando las instituciones de Cataluña tengamos que aplicar el resultado del referéndum”, dijo Puigdemont el miércoles.
Su discurso televisado fue similar al que realizó el rey Felipe VI de España 24 horas antes.
Al acusar al monarca de seguir las políticas “catastróficas” de Rajoy en torno a Cataluña, Puigdemont se dirigió directamente al rey, diciéndole: “Usted ha decepcionado a muchos catalanes”.
El gobierno conservador de Rajoy declaró que el referendo fue ilegal e inválido, y prometió responder con “todas las medidas necesarias” para combatir a la oposición catalana, pero sin revelar cómo pretende conseguirlo.
Encabezado por pérdidas en los dos principales bancos catalanes, el principal indicador bursátil español cayó casi tres puntos porcentuales durante sus operaciones del miércoles ante la incertidumbre en torno al intento separatista.
Otros bancos españoles, el gigante de las telecomunicaciones Telefónica, el fabricante de ropa Inditex y las compañías energéticas Repsol, Iberdrola y Gas Natural también sufrieron pérdidas importantes.
La crisis española se acentuó el domingo cuando unas 900 personas requirieron atención médica después de que la policía intentó evitar la realización del referendo. Más de 400 agentes también presentaron golpes.
Miles de personas protestaron el martes en las calles de Cataluña y varios sindicatos realizaron una huelga en protesta por las acciones de la policía.
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Giles informó desde Madrid. Joseph Wilson contribuyó desde Barcelona.
Por ARITZ PARRA y CIARAN GILES