Llegan las Navidades y en Medio de la Tristeza la Gente Celebra con Alegría

Por Elba García

Se acercan las navidades y aunque las precariedades no disminuyen, la gente se integra a los días festivos y olvida los problemas,  reencontrándose  con los suyos, incluyendo familiares que no ven hace muchos años porque residen en el exterior o en lugares distantes del territorio nacional.

Las navidades, que es una época de reflexión, también constituyen una razón más que suficiente para disfrutar en familia y darle un abrazo o apretón de manos a aquel ser querido que por diferentes circunstancias ha tenido que irse de su patria chica.

Ya San José de las Matas se prepara para celebrar en grande la llegada de una época, la cual también pierde su importancia por la crisis de valores que afecta a la sociedad,  que todavía existen reales posibilidades de darle el mejor de la bienvenida a unos días que traen alegría y fiesta por  los cuatro puntos cardinales.

A partir de hoy los matenses podrán disfrutar de un arbolito gigante que está instalado en la entrada del municipio de San José de las Matas, donde acuden cada año  cientos de nativos de este pueblo serrano que residen en los Estados Unidos y otros lugares del exterior.

Hoy arranca en Sajoma unos días de alegría que encajan exactamente en una expresión popular muy famosa que dice: Fiesta y mañana Gallos, sobre todo si se toma en cuenta que la mayoría de los hombres de la Sierra son amantes de este deporte de las trabas y las espuelas.

En toda la República Dominicana ya soplan los aires navideños que se fortalecen con el expendio de frutas y otros productos que se comercializan principalmente en esta época.

Las fiestas navideñas se completan con la llegada de un nuevo año que la gente espera que traiga mejores acciones, no sólo del sector privado, sino del  litoral oficial, a fin de lograr una sociedad con mejores niveles de prosperidad y bonanza económica para todos los dominicanos.

Los aires navideños reconfortan el espíritu y fortalecen la estructura familiar en virtud de que son unos días que son aprovechados para mirar cara a cara al hermano, al amigo y de compenetrarse profundamente con las madres y los padres que siempre están pendientes de la llegada de sus seres más amados como son los hijos, nietos y demás familiares.