Agencia Efe
NAIROBI.- Lluvias torrenciales en las últimas semanas han destruido las tiendas improvisadas de al menos 500 desplazados internos en el noreste de Nigeria, dejando a familias enteras sin hogar, denuncia este viernes el Consejo Noruego de Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés).
“Las personas desplazadas están sufriendo debido a las lluvias incesantes y el viento que azota sus hogares en los últimos días”, explica en un comunicado Eric Batonon, director del NRC en Nigeria.
“Un gran número de familias, que huyeron del conflicto hace meses, se han quedado sin hogar mientras que otros se ven obligados a compartir tiendas hacinadas con vecinos o familiares”, denuncia Batonon, quien añade que solo en Dikwa (estado de Borno), 500 personas se han quedado sin hogar debido a las inundaciones .
Según las evaluaciones de NRC, al menos otras 6.800 personas que viven en campamentos de desplazados en Maiduguri -capital de estado de Borno y feudo del grupo yihadista Boko Haram, donde son habituales ataques terroristas- se han visto afectadas por las inundaciones de las últimas semanas.
“Mi casa está completamente destruida. Mi piso se ha convertido en barro y el agua está en todas partes. Sigue lloviendo y no tenemos más remedio que esperar a que pare o compartir (vivienda) con otros”, se lamenta Fatima Mohammed, de 30 años, y madre desplazada de cuatro hijos.
Además, el agua estancada y el precario saneamiento podría aumentar el número de casos de cólera, epidemia que actualmente afecta ya a tres áreas del estado de Adamawa.
A fecha de 16 de agosto, el número total de casos reportados es de 633, con cuatro fallecidos a causa de esta enfermedad.
“Las personas desplazadas van al baño en espacios abiertos porque no hay instalaciones adecuadas y ahora que los campamentos están llenos de agua estancada, las enfermedades transmitidas por el agua como el cólera se propagan rápidamente”, agrega Batonon.
Las Naciones Unidas y sus socios solicitaron 848 millones de dólares (unos 766 millones de euros) para abordar las necesidades en el noreste de Nigeria en 2019, de los que ocho meses después han recibido menos del 40 %.
El noreste de Nigeria vive una década convulsa desde 2009, año en el que Boko Haram inició su lucha armada por imponer un Estado de corte islámico en el país africano, de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
Desde entonces, más de 27.000 personas han muerto y la cifra de desplazados casi alcanza los dos millones, según cálculos de la ONU.
Una fuerza conjunta multinacional integrada por Nigeria, Níger, Camerún y Chad ha debilitado considerablemente a Boko Haram, aunque los yihadistas continúan lanzando ataques indiscriminados contra áreas y objetivos sensibles como cuerpos militares y mercados. EFE