Albert Pujols es el cuarto dominicano en llegar a los 500 H4.
SANTO DOMINGO. Después de ver a Sammy Sosa, Alex Rodríguez y Manny Ramírez superar el medio millar de cuadrangulares entre 2003 y 2008, la entrada ayer de Albert Pujols al selecto club puede pasar como una simple hazaña más en su voluminoso currículo.
Pujols alcanzó los 500 jonrones al despachar dos vuelacercas contra el lanzador Taylor Jordan en el parque de los Nacionales de Washington.
Sin embargo, el descenso ofensivo que vive el béisbol desde 2005 a raíz del endurecimiento de las políticas de dopaje abre la siguiente interrogante. ¿Después de Pujols cuál será el próximo dominicano de esta generación en alcanzar los 500 jonrones?
Con David Ortiz bajo contrato hasta 2015 y cláusulas que podrían alargar su carrera hasta 2017, si está en salud, la respuesta más lógica es que el Big Papi será el siguiente criollo en apuntar su nombre en el club.
El bateador designado de los Medias Rojas tiene 434 bambinazos, y a sus 38 años, tanto la velocidad de su swing como la selección de pitcheos son del nivel élite.
A Ortiz le sigue en la lista de quisqueyanos Alfonso Soriano, que hasta el día de ayer tenía 410. El petromacorisano ha superado los 20 jonrones en cada campaña desde 2002, y será agente libre en octubre, próximo a cumplir 39 años.
Más allá de Ortiz y Soriano existe una cola de candidatos, pero que supera los 30 años con gran distancia por recorrer. Este grupo lo integran Adrian Beltré (376 vuelacercas), Aramis Ramírez (357), José Bautista (217), Robinson Canó (205), Edwin Encarnación (195), Hanley Ramírez (180), Nelson Cruz (160) y Jhonny Peralta (160).
Pedro Álvarez, con 27 años, viene de conectar 36 cuadrangulares en 2013, y tiene 92 cuando juega su quinta campaña, apenas dos de ellas de más de 500 turnos. Ante la presión de decenas de periodistas para conocer reacciones sobre cómo vive el momento, Pujols rompió el silencio el lunes en la noche.
«Tendría que ser un idiota o un estúpido para no valorar llegar a los 500 jonrones. Sí lo valoro, lo aprecio. No quiero que la gente piense, ‘Oh, no le importa eso'», dijo Pujols en Washington.
Cuando Pujols llegó a los entrenamientos de los Cardenales sin nada asegurado en 2001, fue la lesión de Bobby Bonilla la que abrió un hueco en el equipo. Mark McGwire, entonces inicialista de San Luis, le dijo al dirigente Tony LaRussa que si bajaba al criollo, independientemente de la salud de Bonilla, cometería uno de sus más grandes errores.
«Superaba todos los exámenes, hacía las cosas tan bien que no podíamos bajarlo, así que pensamos en darle unos turnos a principio de la temporada, pero nunca más pudimos bajarlo», le dijo La Russa al diario Los Ángeles Times.
«La manera en la que se cuadra para batear tiene pocos movimientos», dijo McGwire sobre Pujols. «Siempre se me enseñó que mientras menos te mueve hay menos espacio para errores. Nació con eso. No tiene ningún fallo en su swing, y ha sido así desde el primer día».
DIARIO LIBRE.