La presencia policial en Naco es escasa y los delincuentes han sembrado el terror en el exclusivo sector.
En Naco, Piantini y El Millón, los moradores temen ser víctimas de cualquier delito. Ayer, los generales Héctor García Cuevas y Rommel López visitaron la parroquia San Judas Tadeo.
“Yo mismo tengo miedo de salir a la calle. No lo niego”. Esta expresión es del sacerdote Ángel Pérez Barroso, quien ejerce su labor pastoral en la parroquia San Judas Tadeo, en el sector Naco.El religioso cuenta que tiene una sobrina que vive a una esquina de la parroquia San Judas Tadeo, pero que cuando suele visitarla lo hace en su propio vehículo, porque teme que si se va caminando caiga en las garras de algún antisocial que sea capaz de matar hasta por un teléfono celular.
En la mañana de ayer visitaron la iglesia San Judas Tadeo los generales Héctor García Cuevas y Rommel López, como parte de las gestiones para mejorar la seguridad en ese sector.
La mañana del domingo 12 del presente mes, el sacerdote dijo en la misa semanal, en el cuartel general de la Policía, que luego de la muerte del coronel Julián Suárez Cordero, durante una protesta en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en el ensanche Naco los delincuentes andaban por su cuenta.
Una semana después de su sermón, pronunciado delante del propio jefe policial José Armando Polanco Gómez, dos hombres mataron a tiros en el ensanche Naco al segundo teniente retirado de la Policía, Faustino Medina Méndez, de 42 años. “Ya yo lo había advertido”, dijo ayer Pérez Barroso. Y es que los delincuentes ya no respetan ni los llamados sectores exclusivos de la capital.
En los ensanches y condominios de clase alta, las personas también son víctimas de robos, asaltos y, en el peor de lo casos, de homicidios
Justo cuando salía de la parroquia San Judas, Tadeo, el jueves de la pasada semana, la comunicadora Socorro Castellanos fue asaltada y golpeada.
Los residentes del ensanche Piantini, viven igual situación de temor. Incluso, algunos negocios mantienen cerradas sus puertas con fuertes dispositivos de seguridad.
Empleadas y propietarias de tiendas visitadas por este diario explicaron que han llegado al extremo de abrir solo cuando tienen certeza de que se trata de un cliente, y luego dejan la puerta principal cerrada hasta que el comprador se retire. “Ya esto no es como era antes. A mí me han asaltado en la puerta de mi casa y en diciembre pasado me asaltaron la tienda”, explicó Pamela Álvarez, propietaria de Ophelia Original, una tienda de bisutería ubicada en Piantini.
Dijo que las mercancías que le robaron a finales del 2012 tenía un valor de 5 mil dólares. Después de esa experiencia, contrató un guardaespaldas y reforzó la seguridad de su casa y su negocio.
“El día que me asaltaron, salí a buscar un policía y no lo encontré”, recuerda.
Jomi Pichardo, empleada de la tienda de ropas Dueh, también en Piantini, cuenta que hace unos meses varios hombres forzaron las puertas de ese negocio, y no lograron penetrar porque un guardián acudió en su auxilio. “Desde ese día, me preocupo por tener la tienda cerrada”, aseguró esta joven vendedora.
Otro sector “exclusivo” donde los delincuentes azotan noche y día, es El Millón. El profesor Mariano Méndez, director del Instituto Evangélico Alberto Abreu, señala que los días de pago los docentes se ven precisados a tomar precauciones, para que sus cheques no vayan a parar en manos de criminales. “Por aquí los asaltos son frecuentes a todas horas del día”, dijo Méndez.
Una profesora contó su propia experiencia. “A mí me asaltaron a punta de pistola. Me sorprendieron dos hombres en un motor. Me llevaron la cartera, el celular y una Biblia”, narró Ángela Taveras.
El año pasado, en Naco mataron a otro oficial
El 9 de mayo del 2012, en Naco mataron al segundo teniente policial Daniel Orlando Peña Valera, de 24 años. En ese mismo sector, a mediados de marzo pasado, mataron al presunto delincuente Aquino Montero Reyes. El 18 de septiembre del 2011, mataron al asistente del presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), en Las Praderas. El teniente coronel del Ejército Nacional César Augusto Ubrí Bocio recibió varios disparos y le despojaron de una yipeta Toyota Highlander 2006.
El Caribe