Feminicidios requieren de política de Estado que debe entrar por sistema educativo nacional.

La realidad es que no se sabe que nombre ponerle a la multiplicidad de feminicidios que se producen en la sociedad dominicana, donde podría hablarse  muy bien pandemia.

Cada día la sociedad dominicana se despierta con un nuevo hecho de sangre que involucra a parejas que dejan huellas muy profundas e imborrables en la conciencia nacional por la cantidad de niños y adolescentes que quedan sin padres ni madres.

El fenómeno toma tanto cuerpo en la República Dominicana  sin que el Estado se sienta aludido por un problema que preocupa a todos y cada uno de los dominicanos y cuyo nivel  de violencia  si bien tiene raíces culturales y económicas, también habría que agregarle las psicológicas y sociales.

La violencia intrafamiliar cuenta con un agravante y es que el protagonista, que generalmente es el hombre, no sólo le quita la vida a su pareja, sino que también  se suicida como una forma de explicar que el fenómeno es más complejo de lo que cualquiera podría pensar.

En los últimos días se han producido alrededor de cinco feminicidios, siempre acompañados de suicidios, cuyo detalle reclama la eficiente y pronta intervención del Estado para diseñar políticas a corto, mediano y largo plazo para contrarrestar un mal que hoy arropa a toda la sociedad dominicana.

Los feminicidios sin bien pueden ser evitados con la eficiente participación del Ministerio Público, también debe entenderse que ese no es el único recurso con que debe contarse para enfrentar el mal, sino con otros de carácter preventivos.

Por esta razón se debe insistir en iniciar un amplio programa a través del sistema educativo nacional para formar un nuevo hombre y una nueva mujer, cuyos resultados podrán ser evaluados al cabo de unos 20 ó 30 años.

Otros recursos que debe abordar el Estado es la incorporación de la mujer al aparato productivo nacional, a fin de bajar presión en el hogar por la falta de ingresos económicos, que también es un elemento generador de conflictos en la familia.

La causa de los feminicidios son multifactoriales, que se inician en una herencia histórico cultural fundamentada en el machismo y además por la cultura de violencia que se ha apropiado de la sociedad dominicana, donde cualquiera está dispuesto a agredir físicamente y con violencia por razones sin sentido, lo cual está reforzado y estimulado por la impunidad que hoy prevalece.

La violencia en contra de la mujer es uno de los principales retos del Estado  con el combate de las causas que la generan, porque la secuela que deja el fenómeno se convierte, en tal vez, el principal trauma que hoy sufren los dominicanos.

También debe entenderse que los feminicidios son además el resultado de una sociedad en crisis, donde la justicia no funciona para ningún caso, principalmente por la ineptitud, la negligencia y la complicidad que afecta al órgano que tiene la responsabilidad de perseguir el crimen y el delito, cuya mayoría de  fiscales no cumple con su rol y se ha dedicado a violentar las leyes, sobre todo la normativa procesal, con el propósito de favorecer más al victimario que a la víctima, lo cual estimula la violencia y la comisión de actos reñidos con la ley.