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Los hechos hablan por sí solos y Afganistán y Ucrania son buenos ejemplos para medir el fin de un imperio. – La Republica Online

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Los hechos hablan por sí solos y Afganistán y Ucrania son buenos ejemplos para medir el fin de un imperio.

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Por Elba Rosa García

Los Estados Unidos salieron de Afganistán de una forma que habla muy contundentemente de su decadencia e igual o peor ha ocurrido con la invasión de Rusia a Ucrania, cuyos hechos envían el mensaje de que el mundo está ante una gran amenaza para el imperio norteamericano.

Es mucho lo que se ha dicho sobre el nivel de endeudamiento de la economía de los Estados Unidos, cuya nación cuenta con una cantidad enorme de bases militares que consumen miles de millones de dólares periódicamente.

No es poco lo que se ha advertido de que los enormes recursos de la economía norteamericana llegan a su fin y que en su lugar surge una nación como China que no parece estar muy interesada en dar respuesta militares a la lucha por la hegemonía del mundo, sino comerciales y tecnológicas.

Afganistán y Ucrania son dos ejemplos que indican que el imperio del norte luce agotado y cuya economía ya no aguanta para reveses a través de las altas inversiones que requieren las guerras cuando se invaden otros países, lo cual ha sido saboreado por los Estados Unidos con sus fuerzas militares en Irak, Afganistán y en otras naciones del mundo.

Evidentemente que la economía de los Estados Unidos ya no aguanta ese despilfarro de dólares sólo con el propósito de mantener el control político, social y económico de una serie de pueblos que ven afectadas sus riquezas naturales.

Un ejemplo del deterioro de la visión que le da vida a Estados Unidos fue la llegada al poder del presidente Donald Trump, quien constituye una negación de los valores cívicos y democráticos y en algún momento se consolidó la idea que sus travesuras pesaban más que la proclamada institucionalidad de la sociedad estadounidense.

Cuando el capricho y los intereses individuales de un mandatario pesan más que los valores en que está cimentada la democracia de una nación que se vende como un ejemplo en el mundo, ello implica que se ha entrado en una etapa en que la base de la institucionalidad y los intereses de la clase gobernante pesan menos que las ocurrencias de un personaje siniestro para la filosofía de vida de un país que cuenta con un Estado netamente capitalista.

Todos estos factores envían un mensaje claro del deterioro del sistema en que se sustenta Estados Unidos y en consecuencia permite el empoderamiento de una superpotencia como Rusia que parece buscar regresar a los tiempos de la antigua Unión Soviética y que lleva a su principal líder a amenazar si ingresan en la OTAN,  de muy mala manera, a democracias tan fuertes y consolidadas como la de Suecia y Finlandia, dos ejemplos de desarrollo humano e institucional de Europa.

En estos momentos Rusia sabe las debilidades que afectan a la principal potencia del mundo y que debido a ellas se le hace prácticamente imposible responder hasta en su propio terreno frente a las amenazas bélicas del enemigo.

Estas deficiencias y debilidades de los Estados Unidos tienen un impacto decisivo en sus aliados de Europa, los cuales han tenido que observar sin una respuesta militar la ofensiva rusa en contra de un país enmarcado en el entorno de su influencia geográfica y política, pero con propósitos claros de girar hacia occidente.

Los indicadores de la degradación del otrora poderío de los Estados Unidos se constituye en una razón más que suficiente para que las demás superpotencias, como Rusia y China, busquen fortalecerse en el marco internacional con un aumento de su ofensiva militar, comercial y tecnológica para desplazar totalmente al poderoso imperio del norte.

Algunas de las ofensivas en contra de los Estados Unidos caen por su propio peso, ya que en lo que respecta a la colonización monetaria parece surgir una inevitable corriente de desplazamiento del dólar a través de las llamadas criptomonedas como el bitcoin que ya se impone y que toma cuerpo en muchos mercados del mundo.

Este es otro elemento que amenaza a los Estados Unidos como imperio en virtud de que la moneda sirve para mantener el control de prácticamente todas las transacciones que se realizan en el mundo y que el dólar llegue a su fin se convierte en una condena a muerte del imperio norteamericano.

Por el momento no parece que pueda haber una recomposición de la economía de los Estados Unidos que permita que retorne a su papel protagónico como imperio en el mundo, lo cual abre campo a Rusia y a China, los cuales lucen tener una alianza estratégica para el lanzamiento de cualquier iniciativa militar, comercial o tecnológica.

Solo falta esperar el curso que toma la lucha de las superpotencias por la hegemonía del planeta, ninguna de las cuales buscan una mejoría de las desigualdades sociales y los problemas que confronta el mundo subdesarrollado, sino someter a los demás países a sus intereses económicos y políticos.

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