Los dirigentes de los partidos tradicionales del país, sobre todo los que en algún momento han tenido el control del Estado, se comportan como auténticos trogloditas.
Exhiben un comportamiento como si el mundo o más bien el país viviera en los tiempos de las cavernas.
Naturalmente, actúan de esa manera porque están muy conscientes que la pobre institucionalidad que prevalece en el país deja claro que su conducta no tendrá consecuencias.
Hay algunos de los partidos que son más trogloditas que otros, como se ha podido observar durante décadas, cuyos resultados son realmente catastróficos para la nación.
Ahora lo que está sobre el tapete no es precisamente cómo estos partidos han depredado el patrimonio público, sino como violan y se burlan de las leyes del régimen electoral.
Aunque la gran mayoría de los partidos tienen un mismo comportamiento, ahora lo destacable es ver como el PLD quiere crear sus propias reglas del juego.
Ello así, porque ha convocado una consulta para el mes de octubre que se contrapone con el mandato de la ley, porque este tipo de contienda está prevista por la legislación nacional sobre la materia para mediados del año 2023.
Sin embargo, el PLD persiste en la idea de violar la ley electoral y celebrar lo que nadie puede negar que se trata de una primaria anticipada, parece que para tener ventajas políticas.
En ese contexto, la Junta Central Electoral (JCE) no ha tenido otra opción que hacer las advertencias de lugar y recordar que hay un régimen de sanciones que podría ser aplicado en este caso.
Pero la autoridad competente recurre a lo que establece una famosa expresión popular: amagar y no dar.
Pero el PLD, que ha desarrollado toda una cultura de violar la ley, continúa con sus aprestos para celebrar una primaria anticipada, que incluso podría ser una gran tormenta para esta misma organización, en razón de que cualquier elección de los aspirantes no tiene carácter vinculante con las que deberán celebrarse el próximo año y en consecuencia la misma tampoco es definitiva.
De manera, que esa vocación peledeísta por la ilegalidad no tiene miramientos y parece que este partido, el cual ya ha jugado muchas veces con candela, pretende repetir lo que ama y le apasiona, que no es otra cosa que inclinarse por todo aquello que está al margen de la ley.
Estos son los que predican la necesaria transformación de la sociedad, pese a que ello es sólo una retórica en la que nadie cree.
Pero, lamentablemente, no es la primera vez que ocurre, porque como muestras ahí están los procesos que se llevan en contra de una gran cantidad de peledeístas por corrupción administrativa e incluso la mayoría de los que se medirán en esa consulta son señalados como beneficiaria del fenómeno que tanto enloda a todos los partidos del sistema, principalmente al de la Liberación Dominicana.