El Gobierno birmano informó, además, que al menos 84 personas han sido asesinadas durante los últimos días, e igualmente pueblos enteros se ha visto afectados por los enfrentamientos entre las etnias budistas y musulmanas.
Gobierno asegura que gran mayoría de los desplazados es de origen musulmán (Foto: EFE)
El director de las Naciones Unidas en Birmania, Ashok Nigam, estima que más de 22 mil personas han sido desplazadas en este país durante la última, a causa de la violencia sectaria desatada en el estado de Rakhine (oeste), siendo la gran mayoría de ellas miembros de la comunidad musulmana de los rohingyas.
«Las últimas cifras que tenemos son de 22 mil 587 personas desplazadas y unas cuatro mil 665 viviendas destruidas (…) según las estimaciones proporcionadas por el Gobierno a la ONU esta mañana (del domingo)», precisó Nigam.
El funcionario también detalló que del total de desplazados, 21 mil 700 se presume son musulmanes, así como unas cuatro mil 500 viviendas incendiadas pertenecían a ciudadanos islámicos.
El Gobierno birmano informó, además, que al menos 84 personas han sido asesinadas durante este lapso, e igualmente pueblos enteros se ha visto afectados por los enfrentamientos entre las etnias budistas y los rohingyas.
“Una gran parte de estas personas que huyeron de este nuevo brote de violencia todavía están en las localidades en donde vivían antes”, añadió Nigam.
Adicionalmente, indicó que estos cálculos no incluyen las miles de personas que han llegado en bote, durante los últimos días, a la capital del Estado de Rakhine, Sittwe, para ingresar a los campamentos de refugiados improvisados instalados por las autoridades.
En estos campamentos ya residen decenas de miles de desplazados por la violencia que se registró en el mes de junio, cuando casi un centenar de personas falleció, debido a enfrentamientos entre las mismas etnias.
La ONU afirma que desde que comenzaron los enfrentamientos, en ese mes de junio, cerca de 100 mil personas han sido desplazadas y al menos 170 han muerto.
Los budistas de la etnia “rajín” han decidido hacer oír su voz, con tintes racistas, alegando que están “hartos de la atención que se da a la minoría musulmana” perseguida de los rohingyas.
«Podemos vivir con todo tipo de gente, pero no con los musulmanes de aquí (…), que son como animales», dice Oo Hla Saw, secretario general del Partido para el Desarrollo de las Nacionalidades Rajines (RNDP).
Los rohingyas están sometidos, desde hace décadas, a restricciones de desplazamiento, tienen acceso limitado a la educación y la salud y están condenados al trabajo forzado.
La comunidad rajín protesta porque el 44 por ciento de su población vive por debajo del umbral de pobreza, según un informe de la ONU. El Estado Rajín es el segundo más pobre de Birmania, y este último uno de los países más pobres del planeta.