Felipe Calderón se despidió de sus colegas con la petición de una reflexión sobre las drogas
Felipe Calderón. EFE
Cádiz (España).- El presidente saliente de México, Felipe Calderon, se despidió hoy de sus colegas iberoamericanos con la petición de una reflexión sobre los efectos de la despenalización en algunos estados de EEUU de la marihuana y la necesidad de combatir el crimen organizado que sustenta el narcotráfico.
En su discurso ante el pleno de la XXII Cumbre Iberoamericana, Calderon anunció también que su país contribuirá con «importantes» recursos a proyectos destinados a «fortalecer la cooperación» en materia de desarrollo sostenible y los gases de efecto invernadero, entre otros. Estos proyectos se desarrollaran en países latinoamericanos por instituciones mexicana, precisó.
México confía en que esta aportación «pueda ser un estimulo para que nos sumemos a este esfuerzo de preocuparnos por nuestro planeta», resaltó Calderon.
Al criticar la decisión de algunos estados de EEUU de legalizar la producción y el consumo de marihuana, recordó que en los países latinoamericanos la droga alimenta la violencia y el crimen organizado capaz de derrumbar gobiernos.
El presidente saliente mexicano dedicó gran parte de su discurso a la lacra de la violencia y el crimen organizado que azota tanto a su país como a otras naciones latinoamericanas. «Desde los Andes a EEUU, todos los países estamos en esta ruta de la muerte», dijo al referirse a organizaciones criminales que trafican droga, armas, inmigrantes y trata de personas.
Los países latinoamericanos «hacemos un esfuerzo para combatir» el narcotráfico y mientras que un campesino que siembra droga es perseguido, en EEUU «simple y sencillamente se producirá marihuana a niveles industriales y se consumirá», se quejó.
Esto requiere en América Latina «una reflexión ineludible» sobre las consecuencias políticas, económicas y sociales de la legalización de la marihuana.
En ese contexto, Calderón expresó su satisfacción en que sus colegas iberoamericanos incluyeran en la declaración final de la Cumbre una condena de esos crímenes, así como la necesidad de continuar los esfuerzos para combatir el crimen trasnacional.
Al señalar que la población mexicana es muy joven, Calderon afirmó que la reconstrucción del tejido social y la «gran oportunidad» de crecimiento económico que tiene ahora el país «se ve opacado por el masivo reclutamiento de jóvenes por el crimen organizado». A su juicio, una forma de combatir este fenómeno es una buena educación y consolidar la cultura de valores